«Como lo hizo Jesús, ahora lavaré los pies a un grupo de personas, hombres y mujeres, que no mantienen distancia respecto al dolor, al sufrimiento y al duelo. Son médicos y enfermeras, y una enferma». El obispo de Mallorca, Sebastià Taltavull, ha reconocido la labor de los sanitarios, en especial durante la pandemia de COVID, en la eucaristía de la Cena del Señor celebrada en la Seu en la hora previa a la procesión del Crist de la Sang.
Ha dedicado este gesto a quienes, ha dicho, «representan el mundo de los hospitales, las clínicas y las familias que están al lado de los enfermos y los difuntos», y por quienes «tantas veces hemos rezado» porque «gracias a ellos llega la salud y la esperanza». Monseñor Taltavull ha pedido ver en este colectivo un «compromiso de amor fraterno», ante los centenares de personas que se han acercado a la Seu.
La eucaristía de la Cena del Señor rememora los momentos antes de la Pasión en los que «Jesús manifiesta un ferviente deseo: comer con sus discípulos en una cena pascual", ha recordado el obispo. Y, precisamente ese deseo «tendrá unas consecuencias que configurarán la dimensión fundamental del cristianismo». En la misa se ha subrayado la importancia de los gestos como el lavado de pies, un acto humilde, de igual a igual, que este año se ha simbolizado en un colectivo como es el sanitario a quien tanto se le debe.