La obesidad va más allá de una característica física o una patología. En el actual imperio de la imagen, la presión en redes sociales e incluso en la misma calle por un cuerpo dentro de los estándares comunmente aceptados se multiplica. Encontrar ropa de la talla adecuada, presión social por bajar de peso, constantes juicios sobre su cuestionado estilo de vida, problemas para encontrar pareja, trabajo hasta insultos directos son algunas de las difíciles situaciones a las que las personas con obesidad hacen frente de forma regular. La influencer curvy mallorquina Elena Trigo y la Miss Curvy International FZN Mallorca 2022 –FZN, Mary Cladera Losa, son dos de las mujeres que alzan la voz en la isla en contra de la llamada gordofobia y abogan, en este Día Mundial de la Obesidad, por el amor propio y la normalización real de todo tipo de cuerpos, sin polémicas ni dobles varas de medir.
«La sociedad no acepta a las personas gordas», así de rotunda se muestra Elena. Tiene sobrepeso, pero eso, asegura, no le limita para hacer lo que realmente quiere. El camino hasta llegar a esa conclusión y toma de decisión no hasido corto. Desde pequeña, sufrió en alguna ocasión acoso escolar relacionado con su apariencia física. «Siempre me ha afectado estar gorda», reconoce. El -a priori simple- incidente le derivó en problemas de autoestima y de salud mental, que arrastra aún de adulta y que está trabajando con ayuda psicológica.
En sus redes sociales comparte su estilo de vida, sus looks y sus viajes. Es una creadora de contenido al uso, pero no viste una talla 36. «Antes veía a Dulceida (una de las influencers españolas de referencia) y me excluía, porque sabía que lo que se ponía ella yo no me lo podía poner», recuerda. Alcanzada una edad y superada la timidez inicial, decidió seguir su llamada y empezar a subir sus propias fotos. No tenía el objetivo marcado de adquirir un talante reivindicativo con sus posts, pero se ha convertido, casi sin quererlo, en una icono curvy. Reivindica el amor propio y la validez de todos los cuerpos. Sobre las críticas que recibe la corriente del body positive, aclara que este no persigue la fomentación de la gordura, sino que da fe de una realidad que existe, pero que muchas veces se invisibiliza.
Mary Cladera Losa, de 45 años de edad, 1,68 de altura y talla 46, es otra de las figuras mallorquinas a destacar en el combate a la gordofobia. Esta directora de una escoleta se hizo con el título de Miss Curvy International FZN Mallorca 2022 –FZN. Se presentó al concurso, según puntualizó a Ultima Hora en su momento, «por luchar contra la gordofobia y por proclamar que cualquier mujer, con talla superior a la 40, puede ser tan bella como las que tienen tallas inferiores». Aunque asegura que nunca ha sufrido en primera persona tales estigmas, es consciente de que «se nota cuando vas a buscar trabajo. Por tener algunos kilos de más creen que no eres apta para ciertos puestos. En cambio, si estás delgada tienes más posibilidades para acceder a ellos».
Cladera reivindica que «ser gordo no es sinónimo de ser feo» y que romper con esa presión acerca del peso lo ha de hacer primero uno mismo: «Al principio era yo la que me decía: '¿Cómo te vas a poner eso, si marca barriga?' Hasta que me di cuenta de que ser gorda no es un insulto; es una cualidad física que no debe ser ningún obstáculo para nosotras». Y recuerda la recomendación que ya lanzó en su entrevista con este medio: «Animo a todas las mujeres gordas a que se miren al espejo y a que se quieran».