Un hombre de origen argelino ha aceptado este jueves una condena de dos años de cárcel por patronear una patera de Argelia a Mallorca con varias personas a bordo, si bien la pena de prisión ha quedado suspendida con una expulsión de Baleares durante un periodo de cinco años, tras alcanzar su defensa un acuerdo con la Fiscalía.
El hombre estaba citado a una vista en la Sección Segunda, durante la cual su abogado ha negociado un pacto de conformidad con el Ministerio Público. En virtud de este acuerdo, el hombre ha reconocido los hechos y ha evitado la celebración del juicio.
Así, ha aceptado una condena de dos años de cárcel por un delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros, que ha quedado en suspenso por un plazo de cinco años en los que no podrá pisar el territorio balear. De hacerlo, o si cometiera cualquier otro delito en ese tiempo, tendría que cumplir los dos años de cárcel que ahora se han suspendido.
La Fiscalía solicitaba inicialmente siete años de cárcel para esta persona, acusada de formar parte de una mafia profesionalizada de inmigración ilegal. El acusado llegó en patera a las costas de Mallorca en octubre de 2022 con otras cinco personas.
El trayecto duró 38 horas y los migrantes pagaron 1.500 euros por el viaje. La embarcación no contaba con salvavidas ni bengalas; únicamente llevaban tres garrafas de gasolina colocadas al lado del motor y que incrementaban el riesgo de incendio.
La embarcación llegó a Santanyí el mediodía del 26 de octubre de 2022. Tras abandonar la patera en una playa, el hombre dio instrucciones a los otros migrantes diciéndoles que no colaborasen con la Policía.
Citado otro hombre por al menos dos viajes en patera
Por otra parte, este jueves la Audiencia también había citado a otro acusado de patronear una patera de Argelia a Mallorca, en un caso sin conexión directa con el anterior. En este segundo caso, no ha habido acuerdo aunque las partes han quedado citadas para una nueva vista en marzo.
Este otro hombre -del que la Fiscalía reseña varios alias en su escrito-, fue detenido en enero de 2020. El fiscal le sitúa como el piloto de embarcaciones con migrantes que llegaron a Mallorca en septiembre de 2019 y en enero de 2020, y que fueron interceptadas por las autoridades españolas.
La Fiscalía sostiene que este individuo, un joven de 22 años -aunque en el caso de 2019 apenas contaría con 18 años-, colaboraba con una mafia de inmigración ilegal asentada en Argelia, que cobra a los pasajeros entre 500 y 750 euros por el viaje a España.
La patera interceptada en septiembre de 2019 llegó hasta Portocolom con 17 personas a bordo. El acusado quedó en libertad porque no había plaza en el Centro de Internamiento de Extranjeros de Barcelona al que fue destinado. Regresó a Argelia en avión por sus propios medios, y volvió a ser interceptado en una patera en enero de 2020 con otras 17 personas.