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La Seguridad Social en el punto de mira de los ciudadanos por su ineficacia

Las colas en frente de la sede provincial de Baleares se han convertido en una imagen normal día tras día

Josep, Bonaventura, Estefania, Mustafa, Bernard y Simon (por orden de izquierda a derecha) | Pascual Ribot

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Las colas a las puertas de la sede provincial de la Seguridad Social de Palma se suceden jornada tras jornada. La estampa en la Calle Pere Dezcaller i Net es siempre la misma, decenas de personas se agolpan para poder realizar sus trámites con normalidad, pero la solución casi siempre se hace esperar y la tramitación se eterniza, volviendo a generar colas que provocan desidia en los ciudadanos que acuden desesperados en busca de una solución a su problema. Muchos son los trámites que se atienden en la Seguridad Social. Desde ayudas por la jubilación, bajas por accidentes laborales o incluso reducciones de las pagas.

Cualquier duda puede ser atendida, pero la mayoría de ciudadanos coinciden en que los procesos se alargan excesivamente. Estefanía, de 37 años y que trabaja en una Gestoría, asegura que el trato para las empresas es muy deficiente. «Cuando llamamos y decimos que trabajamos en una Gestoría no nos dan facilidades y nos remiten a hacer el proceso online», confirma. Además, pide que les tengan un servicio orientado a este tipo de empresas. «Podrían agilizar el trabajo a las Gestorías de alguna manera, pero no entiendo que nos traten de esta manera», matiza.

Simón, de 24 años trabaja como camarero y se queja de la lentitud burocrática del sistema. Tuvo un accidente laboral y sigue sin encontrar las soluciones necesarias para pedir la baja. «Llevo tres meses para revisar un trámite por baja laboral y uno sigue sin ayuda. Es innecesariamente lento, a pesar de que a nivel humano no puedo poner ni una queja», comentaba. En el otro lado de la opinión, Josep, forestal, de 49 años que cree que no se dan las soluciones necesarias. «Siempre me delegan a las oficinas de Las Ramblas y no me ayudan», explica, con un tono alterado

Mustafa acudió con su padre para aclarar una reducción de su ayuda y aseguraba que se les ponen muchas complicaciones para poder acudir. «Pedir cita es complicado y cuando llamas lo complican aún más remitiéndote a diferentes personas».

La misma idea tiene Bernard, un alemán de 73 años que critica el sistema digital para pedir cita. «Haces todo el proceso y cuando vas a pedir la cita sale que no ha sido posible, sin ninguna explicación de que haces mal. Pierdes toda la mañana viniendo aquí para que te digan que lo tienes que pedir telemáticamente», comenta rotundamente. «Espero que pongan soluciones, porque es muy cansado», insiste.

Sin embargo, no todo son opiniones negativas sobre el funcionamiento administrativo. De hecho, Bonaventura, que es chófer de camión ha tenido la suerte de poder acudir a la cita el mismo día que la pidió. «He venido para la clave electrónica y la he pedido hace unas horas», aseguraba. Por otro lado, ve algunas potenciales mejoras del funcionamiento digital. «Podría actualizarse la web, que no se entiende mucho y para gente de mi edad se complica pedir cita, pero en general, en mi caso personal, estoy satisfecho», finaliza ante la sede provincial, en el que la cola era cada vez más larga, a la espera de la atención del ciudadano.

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