Centenares de personas llenaron este lunes la Parròquia Santíssima Trinitat de Palma para despedir al jurista Rafael Perera Mezquida y acompañar a su familia en el funeral del exmagistrado del TSJIB y expresidente del Consell Consultiu. El vicario general del Bisbat de Mallorca, Josep Adrover, tomó la palabra en representación del obispo. Recordó la disposición peremne de don Rafael a ayudar de manera discreta en todo lo que le pidiera desde un sentido de la justicia que iba más allá de lo jurídico y que abarcaba el «perdón y la misericordia».
Agradeció su consejo a la Iglesia y su labor en favor de otras personas de manera altruista y callada, «muchas que nunca sabremos que lo fueron». El profundo sentido religioso de Perera se notó en que hasta 16 sacerdotes oficiaron la ceremonia. El mejor ejemplo del carácter del abogado y académico está en lo dispar de muchos de los asistentes a la ceremonia. Desde algunos de sus representados, como Jaume Matas, a los jueces que los encausaron, como José Castro en este caso en concreto.
Entre los que acudieron a mostrar su pesar había sobre todo las personas que cada día se cruzaron en el foro, en una situación u otra, con el abogado, hiperactivo en sus seis décadas de carrera. Decenas de magistrados activos y jubilados, como el presidente del TSJIB, Carlos Gómez, y con veteranos de la Audiencia como Eduardo Calderón o Margarita Beltrán, antiguos presidentes de las dos secciones penales, jueces de instrucción como Castro y magistrados de otras salas del Superior. También estuvo presente el presidente del Consell Consultiu, Antoni Diéguez, junto con varios consejeros de la institución que Perera presidió durante más de un lustro.
Otro colectivo presente fue el de antiguos cargos públicos, entre ellos Matas. Estuvo presente José María Rodríguez, exdelegado del gobierno o la ex alcaldesa de Palma, Catalina Cirer. Además acudió al actual presidenta del PP de Balears, Margalida Prohens. La asistencia de abogados, sobre todo dedicados penal fue abrumadora. Rafael Perera Mezquida falleció la semana pasada en Palma a los 93 años de edad. Abogado innovador, brillante orador y siempre exquisito en el trato, fue uno de los grandes letrados de referencia en Mallorca.