José Alfonso Ballesteros Fernández (Zamora, 1944) es un médico internista, académico numerario de la Reial Acadèmia de Medicina de Balears, de la que fue presidente, y exdirector de la Fundación Patronat Científic del Col·legi de Metges que el próximo miércoles 18 de enero acogerá la presentación de su libro El lenguaje de la Medicina, galardonado con el Premio Camilo José Cela de Humanidades Médicas 2022.
No es la primera vez que trata el lenguaje de la Medicina...
—Hace muchos años en una sesión inaugural de la Reial Acadèmia ya traté este tema.
¿En el libro ha actualizado lo que explicó entonces o la materia apenas ha evolucionado?
—El lenguaje evoluciona cada día aunque desde la primera conferencia el libro ha cambiado relativamente poco, pero el enfoque ha sido más profundo. El texto no es muy largo porque si no la gente no lo lee, ya lo decía Baltasar Gracián: lo bueno, si breve, dos veces bueno.
¿Qué encontramos dentro?
—Tiene tres partes muy diferenciadas. Una primera que es la creación del lenguaje de la Medicina hace 2.500 años desde la Grecia clásica, con el célebre Hipócrates, hasta nuestros días. Se hace una revisión de los autores clásicos a través de las obras que han hecho mella en la Medicina. En la segunda parte hablo del fenómeno del inglés porque en nuestra época se ha personado como una lengua franca, con sus ventajas e inconvenientes. Entre ellos están las malas traducciones, hay muchos ‘falsos amigos' por ejemplo ‘actual' en inglés significa ‘real'; ‘gripe' es ‘espasmo'; ‘medicineman' es ‘curandero'... Y el que no conoce bien el idioma hace traducciones incorrectas.
¿El inglés ahora es como el esperanto de la Medicina?
—Por cierto, el esperanto lo inventó un médico, Ludwik Lejzer Zamenhof, que vivía en una zona donde se hablaban muchas lenguas. En la historia de la Medicina hay muchos médicos que han sido destacados literatos, como Arthur Connan Doyle, Gregorio Marañón... en el libro los menciono.
Decía que el texto tenía tres partes diferenciadas....
—Sí, la segunda era la adaptación del inglés y la irrupción del spanglish... Y por último, en la tercera parte del libro se tratan los abusos del lenguaje que se dan en la Medicina, como es el de los barbarismos, el de nombres propios (una enfermedad se puede designar por el nombre de su descubridor, como el alzhéimer) y de mayúsculas porque en inglés se usan más de la cuenta, de las siglas y los acrónimos, de los números...
¿Alguien que estudie Medicina debe dominar el inglés?
—Yo diría que hoy en día es prácticamente imprescindible al menos leerlo. Yo soy de una época en que enseñaban francés y me di cuenta de que debía saberlo. Ocurre algo similar a lo que pasó a principios del siglo XIX cuando la lengua franca dominante era el francés. Ramón y Cajal hizo en ese idioma el discurso de ingreso para el Nobel. Años después reconoció que si alguien quería estar al día en Medicina tenía que saber alemán. La importancia del inglés es a partir de la Primera Guerra Mundial.
¿Qué opina del nombre que les dan a las últimas subvariantes del COVID, BA.5 o kraken?
—Es el abuso de las siglas que le decía. Clásicamente, los nombres se ponían en griego y sólo los americanos han roto esta tradición, muchas veces usan expresiones inglesas, hay una que suena mal, la leucemia de células peludas, en el lenguaje clásico se hubiera dicho tricoleucemia. En Medicina por ejemplo no hay nombres en alemán, los centroeuropeos fueron muy respetuosos con la historia y todos los nombres los sacaron del griego y el latín.
¿Por ejemplo ‘ictus'?
—Es griega y significa golpe. Es una palabra muy expresiva porque engloba las dos posibilidades: la hemorragia y la trombosis e indica la agudeza porque aparece súbitamente.
Le preguntaré por las dos de moda: gripe y COVID.
—Es de las pocas que hemos traducido porque la palabra gripe ya existe en inglés, significa espasmo. La COVID es un acrónimo de COronaVIrus Disease y debe decirse en femenino porque es una enfermedad. Sin embargo, decimos sida en masculino porque es un síndrome. Pero a veces los acrónimos adquieren la suficiente personalidad para convertirse en palabras, sida ya está aceptada por la Real Academia de la Lengua.
¿Entonces la base de las denominaciones en Medicina es la lengua clásica?
—El 40 % tienen origen griego, aunque puede ser de los que a posteriori usaron su sistema. La finalidad es ser universal. Un 30 % es de origen latino porque tuvieron mucha influencia en la Edad Media. Poco árabe, español y algo más en inglés. La importancia de las lenguas se puede medir por el vocabulario médico.
El español es muy vasto.
—El diccionario de la lengua española anda por unos 100.000 términos y el de términos médicos de la RAE tiene 52.000.