El último informe mensual del Cercle d'Economia de Mallorca, elaborado con datos del pasado mes de noviembre, constata la desaceleración del crecimiento económico de Balears, una tendencia que la entidad prevé que se acentuará al inicio de 2023. «El escenario más probable para las Islas es que continúe la tendencia desacelerada, en términos interanuales. La capacidad de consumo se ve lastrada por la inflación y el aumento de los costes de financiación, e incide directamente en la evolución de la actividad económica a medio plazo», indican los analistas del Cercle.
De los 42 indicadores que mes a mes analiza la entidad mallorquina, el 81 % creció en noviembre, un porcentaje ligeramente inferior al 83 % de octubre, confirmando la tendencia que se vino registrando en todo el año 2022. «Más de la mitad de los indicadores analizados pierden impulso respecto al mismo mes del año anterior», puntualiza el Cercle ante la tendencia que se prevé a lo largo de este año. Pese a esta coyuntura incierta que se prevé en los primeros meses de este ejercicio, los analistas económicos de la entidad precisan que «el ritmo de mejora de la economía balear sigue siendo superior al del conjunto de España, pero la tendencia hacia un crecimiento cada vez más moderado es similar».
Un aspecto que los analistas todavía no incluyen en sus valoraciones es el impacto que tendrá la próxima temporada turística en el tejido productivo y laboral de las Islas, que de seguir en los mismos niveles que la temporada 2022, volverá a situar la economía balear muy por encima de la evolución que registren las autonomías que no dependen de la actividad turística y sí de una industria lastrada por los costes energéticos en todo su desarrollo productivo.