La pandemia no nos ha dado tregua en los últimos dos años desde el punto de vista informativo, y los que pensaban que este 2022 que toca a su fin iba a ser más 'relajado', se equivocaron. Estos últimos 12 meses debían marcar la vuelta a la añorada normalidad, con el fin paulatino de las restricciones de la COVID-19, pero la invasión rusa de Ucrania ha vuelto a trastocar nuestras vidas, produciendo una serie de consecuencias, alguna de ellas que pocos preveían: la huida masiva de ucranianos al resto de Europa, escalada del precio de los combustible, recesión económica... así ha sido el 2022.
Adiós a las restricciones
El año comenzaba con malas noticias. Las cifras del coronavirus mostraban su peor cara después de la Navidad, dejando un registro de dos contagios por minuto en el arranque del año, y mermando algunos servicios elementales como los de seguridad. Como dato, el 10 % de las plantillas policiales, estaba de baja a inicios de año a consecuencia del coronavirus. También provocó el aplazamiento de eventos relacionados con las fiestas de Sant Sebastià o Sant Antoni. No sería hasta abril cuando pudimos decir: la vuelta a la normalidad ya es un hecho.
Ese mes el Gobierno dio luz verde al final del uso obligatorio de las mascarillas, a excepción de algunos escenarios concretos y vinculados al campo sanitario o el transporte público. La rebaja de las restricciones y medidas sanitarias llevó a recuperar imágenes como la del final de las mascarillas en las aulas y centros educativos. Una alegría que llevaba detrás otras situaciones como el ‘Síndrome de la cara vacía', que afectaba a muchos jóvenes especialmente, después de meses con la mascarilla como compañera permanente de viaje en el día a día.
La vuelta a la normalidad también permitió que Mallorca recuperara su Semana Santa. Las cofradías lucieron de nuevo su esplendor en la recuperación total de una de las grandes tradiciones de la Isla, lastrada años atrás por las secuelas del coronavirus.
La invasión de Ucrania
La invasión rusa de Ucrania a gran escala empezó el 24 de febrero de 2022. Las tropas rusas iniciaron un cerco a la capital ucraniana, Kiev, a la par que arrancó un incontable e interminable éxodo de personal civil, buscando protección y asilo en otros países del continente. Volodímir Zelenski, presidente de Ucrania, reclamó ayuda y apoyo a la comunidad internacional, que condenó de inmediato una acción que inició un conflicto armado en el corazón de Europa y de inmensas consecuencias sociales y económicas que cristalizarían durante los meses siguientes.
La invasión rusa de Ucrania provocó una diáspora de ciudadanos de aquel país hacia diferentes regiones de Europa. También hacia Mallorca, destino de un primer grupo de refugiados que puso rumbo hacia la Isla para intentar seguir con su vida. Mujeres, niños y personas de avanzada edad fueron los principales beneficiarios de este corredor humanitario que les permitió ponerse a salvo en unos días difíciles en un país inmerso en un conflicto armado.
La guerra en Ucrania tocó de lleno a Mallorca. No solo por la llegada constante de refugiados, sino por la muerte del felanitxer Ángel Adrover Martínez, de 31 años y natural de Portocolom. Se unió a las tropas del país eslavo a mediados de marzo para combatir la invasión rusa. Se trataba del primer ciudadano balear caído en el conflicto bélico, según confirmó el Ministerio de Asuntos Exteriores.
Al mismo tiempo, una crisis interna saltaba en el seno del PP nacional. El cruce de acusaciones entre el entonces líder de los 'populares' Pablo Casado y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, llevó a una cadena de dimisiones y a la caída final de Casado. En abril de este año dejaba su puesto para dar paso a todo un veterano, Alberto Núñez Feijóo, líder del PP en Galicia, que daba el salto a la política nacional, y con la difícil misión en 2023 de desalojar a Pedro Sánchez de la Moncloa.
Recesión
El aumento del precio del combustible provocó una oleada de indignación que llevó a una huelga de transportistas y pescadores. En Baleares, la mediación del Govern frenó la huelga del transporte prevista, acción que generó una sensación de alarma en las Islas. El incremento desmesurado del precio de los combustibles llevó a una situación insostenible a la flota pesquera balear, que optó por quedar amarrada en señal de protesta, reclamando líneas de ayudas como las que se desarrollan en otros países europeos. Las pescaderías se vieron obligadas a vender género congelado o llegado desde la Península. El paquete de ayudas del Gobierno Central apaciguó los ánimos.
Crisis en el Ajuntament de Palma
La película podría titularse así: 'Cronología de un escándalo: una Pride fantasma, una crisis de gobierno y la destitución de Sonia Vivas. Y todo comenzó con las desafortunadas palabras de Kristin Hansen, presidenta de Ella Global Community, durante la presentación de la I Pride Week del Ajuntament de Palma, que se organizaría entre el 18 y 28 de junio: «Vendrá gente del campo que quizás nunca han visto una lesbiana y dirán: 'Mira, una lesbiana... Es como cualquier otra persona!'». La polémica estaba servida. Y nunca llegó a realizarse.
Las críticas arreciaban. El alcalde José Hila canceló el evento y destituyó a la polémica Sonia Vivas, regidora de Justicia Social, Feminismo y LGTBI. La crisis en el tripartito arreciaba, llegaron más dimisiones, como la del 'podemita' Rodrigo Romero, compañero de partido de Vivas. Todo finalizó sin final feliz: la imagen de Cort por los suelos y la bandera del arcoiris ondeando en el Consistorio, con la presencia de todas las organizaciones LGBTIQ de las Islas en el acto, algo que no sucedía con Sonia Vivas.
Un verano de calor y polémicas
El constante y fuerte calor y las altas temperaturas que sufrió Mallorca durante el mes de julio, pero que ya se arrastraban desde mayo y junio marcaron el inicio de un verano que marcó récords de prolongación en el tiempo y una elevación de la temperatura del agua del mar que superó la media de los últimos cuarenta años. Además, los episodios de olas de calor se convirtieron en una constante del día de día de la Isla.
Además, las imágenes de los lugares más icónicos de Mallorca saturados coparon durante jornadas la actualidad informativa. Fue un verano de récords, empezando por la ocupación turística. La situación llevó a la reflexión sobre el modelo aplicado dentro de ese sector en una Isla que rebasó los límites de su capacidad durante unas semanas. La intensa actividad y la circulación de personas generaron ingresos, pero a la vez malestar. Por cierto, el 3 de junio llegó el primer vuelo directo de Nueva York a Palma aterrizó en Son Sant Joan, con 204 pasajeros a bordo del vuelo N642UA de United Airlines, uniendo la Isla con la Gran Manzana entre junio y septiembre.
La temporada alta también estuvo marcada por las vacaciones veraniegas de los Reyes en Marivent, organizando una cena para la sociedad civil, por primera vez en su residencia de verano, que copó todas las portadas. La Familia Real también ha sido noticia este año por otros motivos: el rey emérito, Juan Carlos I, volvió a pisar suelo español el pasado 19 de mayo, tras 21 meses fuera de nuestro país, después de oficializarse su marcha en agosto del 2020 para fijar su residencia desde entonces en Abu Dabi. Lo hizo aterrizando en Vigo y para disfrutar de una de sus pasiones, la vela, en el Real Club Náutico de Sanxenxo (Pontevedra).
Sin olvidar que en enero cazaron a Iñaki Urdangarin paseando de la mano de la que era su nueva pareja. Abrieron la veda sobre la situación del matrimonio con la infanta Cristina y provocaron que públicamente se tuviera que informar de su ruptura. El ya exduque de Palma fue fotografiado acompañado por Ainhoa Armentia, con la que ha consolidado su relación con el paso de los meses, aunque pendiente de cerrar legalmente el final de su matrimonio.
También vivimos la boda de la mallorquina Chenoa y las vacaciones de Cristiano Ronaldo y su familia, los conciertos multitudinarios de C. Tangana, Rosalía o Rigoberta Bandini, así como la escapada romántica de la cantante de moda, Chanel, tras su exitoso paso por Eurovisión.
Isabel II y los tres 'Prime ministers'
La crisis de Gobierno en Reino Unido ha dejado tres inquilinos en el 10 de Downing Street en un año. Lo nunca visto. Boris Johnson hizo oficial su dimisión porque «nadie es indispensable en política», asumiendo que «claramente» sus propios compañeros creen que «el Partido Conservador debería tener un nuevo líder» y, por tanto, el país «un nuevo primer ministro». Le sucedió Liz Truss, la breve primera ministra, que en octubre anunció su dimisión, a la que sustituyó Rishi Sunak. Se trata del primer líder del Partido Conservador británico y jefe del Gobierno miembro de una minoría étnica, de raza no blanca, el primer hindú, el más joven desde el siglo XVIII, con 42 años, y el diputado más rico del Parlamento británico.
Pero Reino Unido, y el mundo, también vivieron el fin de un ciclo. La reina Isabel II de Inglaterra falleció a los 96 años, después de que se diera a conocer que estaba «bajo supervisión médica» en el palacio de Balmoral. La histórica monarca vivió dos de sus últimos años complicados a nivel personal y de salud. El 9 de abril de 2021 falleció su marido, el príncipe Felipe, pocos meses de cumplir los cien años y desde hacía varios meses la preocupación por su estado de salud fue en aumento, tras su ingreso en un hospital en octubre del 2021 y la suspensión de su agenda oficial durante cuatro meses. De esta manera, Carlos Felipe Arturo Jorge de Windsor, nacido el 14 de noviembre de 1948 en el Palacio de Buckingham y destinado a reinar desde los tres años, se convertía desde ese momento en el rey Carlos III.