Lo advirtió el síndic major, Joan Rosselló, el pasado jueves después de entregar al Parlament balear el informe de la Sindicatura de Comptes correspondiente a 2020, el año de la pandemia. Joan Rosselló se refirió a la excepcionalidad que, para todos los gobiernos, había supuesto la inyección de dinero público y advirtió de que eso se acabará, de que el Govern terminó aquel año con superávit y de que, posiblemente, el de 2023 sea el último en que el Ejecutivo pueda contar con tantos ingresos y libertad de gasto. El síndic insiste una y otra vez en la necesidad de fijar controles. Balears se asoma al próximo año con unos Presupuestos sin precedentes, de récord como presume la consellera de Hisenda, Rosario Sánchez.
Los Presupuestos de la Comunitat Autònoma para 2023 quedarán formalmente aprobados la próxima semana durante un pleno monográfico –el último del año– que se desarrollará a lo largo de tres días (martes, miércoles y jueves) y en el que se debatirán las centenares de enmiendas de todos los grupos, salvo Vox (no presenta ninguna) que han quedado vivas –es decir, que tras su paso por comisión se tienen que votar en el pleno– y también se votarán una a una todas las secciones: conselleries y organismos autónomos.
Los Presupuestos superan los 7.000 millones de euros, lo que supone 735,6 más que el año actual. Este aumento se explica, entre otras cuestiones, por el incremento de la aportación estatal y por los fondos europeos. El Govern, más allá de los Presupuestos de este año, trabaja en un escenario para 2030 con actuaciones estrella en diferentes sectores. Cuando empezó la legislatura (y luego se reforzó con las aportaciones pospandémicas) se fijó unos objetivos que enmarcó en la Agenda 2030.
Durante la semana pasada, se han ido debatiendo en comisión diferentes enmiendas. A principios de semana, el PI mostró su satisfacción por el hecho de que se hubieran aceptado algunas relativas a educación. Y la portavoz parlamentaria del PI en esta materia, Lina Pons (que ya no será candidata en 2023) indicó que eso justificaba la legislatura y sugirió que podría votar a favor la sección de Educación. Aunque la izquierda tiene mayoría (el viernes se ofició el sí de Més per Menorca) busca, de todas formas, atraerse el apoyo de otros partidos a sus cuentas.
El PSIB plantea el Presupuesto de 2023 como un «escudo social» al que se añaden transporte gratuito y bonos de consumo. Para el PP no se trata más que una estrategia electoralista, algo así como «compra de voluntades» y una suerte de economía subsidiada.