A Toni Yoh (Shanghai, 1944) siempre le ha perseguido el epígrafe de primer chino de Mallorca. Seguramente no lo fue, pero sí fue el primero en abrir un negocio y durante muchos años se erigió en cabeza visible en la isla de una comunidad que hoy roza las 6.000 personas y que a su llegada, en 1968, eran cuatro mal contados. Toni Yoh fue el principio del asentamiento chino en Balears y esa sí es una afirmación innegociable.
Después de diversificar su actividad empresarial en múltiples negocios de entre los que la gente recordará el Restaurante Gran Dragón (otra vez el primer chino de Mallorca), Yoh disfruta ahora de un retiro que además le permite seguir con atención las evoluciones de sus compatriotas en las Islas al tiempo que las tensiones geopolíticas que se han estado viviendo entre China y Taiwán con la guerra de Ucrania de telón de fondo.
Su padre formaba parte del cuerpo diplomático de Taiwán, circunstancia que motivó una vida temprana de trasiego domiciliario y traslados que acabó llevando a toda su familia a Madrid, ciudad desde la que Yoh se mudaría a Mallorca cuando contaba solo con 24 años de edad.
Tras 54 años en Mallorca, la panorámica privilegiada de este multifacético empresario sobre la expansión china en Baleares se empezó a vertebrar en un tiempo en que «en toda España no llegaban a 100 las personas chinas, ni siquiera contando la gente de la embajada».
Yoh llegó a Mallorca con 24 años y su primer negocio en la isla fue la discoteca Saboga de Porto Cristo. Ya en aquel entonces hizo buenas las estadísticas que sitúan hoy a la china como la nacionalidad extranjera más emprendedora de Balears: de sus más de 3.000 afiliados a la Seguridad Social casi el 50 % son trabajadores autónomos. Yoh afirma que uno de los elementos más pujantes en la naturaleza de sus compatriotas es el de ser su propio jefe. «Les gusta tener su propio negocio y su libertad de movimientos: les da igual trabajar doce o catorce horas, pero no depender de otros que les digan lo que hacer».
El Todo a 100 de los años 90 fue mutando en los gigantescos multibazares actuales, pero los intereses empresariales de los inmigrantes chinos han ido virando de modo muy acentuado hacia la restauración, donde esa inmunidad a los horarios interminables les ha permitido hacerse con una carga que los locales han despreciado por los mismos motivos. «Mucha gente de aquí no quiere llevar bares porque son muchas horas de trabajo; las familias chinas, en cambio, tienen casi a todos sus miembros ocupando el negocio el día entero». La mentalidad es distinta, asevera. «España piensa en el trabajo como castigo; para un chino es una suerte, aunque no sea rentable».
Con jubilación y todo, Yoh no ha llegado nunca a perder de vista lo que sucede a 10.000 kilómetros de Mallorca. «La visita de Nancy Pelosi a Taiwán fue una provocación, no es aceptable. Estados Unidos intenta siempre hacer política a su manera y actúa como si Taiwán fuera una parte independiente de China», explica un Yoh que asegura mantener el contacto con sus conocidos allí.
A pesar de la tensión, está convencido de que la idea de Xi Jinping no es la de convertirse en un trasunto oriental de Putin con una invasión, pese a los fosfenos de engañosas similitudes que se perciban entre ambos contextos. «No quiere una invasión que podría llevar a un bloqueo mundial contra China, que además históricamente ha sido casi siempre un país pacífico: el budismo, su religión principal, pregona evitar los conflictos». La prueba de ello, defiende, es que «Rusia ha querido involucrar a China en la guerra pero Xi Jinping lo ha rechazado».
El apunte
Presidente de los empresarios chinos y asesor de Pekín en sus visitas a las Islas
Toni Yoh abrió el primer negocio chino de Mallorca con la discoteca Saboga en Porto Cristo y uno de sus establecimientos más populares fue el Restaurante Gran Dragón de Palma. Es presidente de los empresarios chinos en Balears y asesor del Gobierno de Pekín cuando algún mandatario visitaba la isla.