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«Los constructores no se van a quedar sin trabajo por prohibir edificar el suelo rústico»

Xavier Pastor es el coordinador de la Estratègia Mallorca 2030-Medi Ambient

Xavier Pastor, oceanógrafo, especialista en recursos pesqueros y áreas marinas protegidas y exdirector de Greenpeace España y Oceana Europa.

| Palma |

Histórico ecologista y especialista en oceanografía y pesca, Xavier Pastor es el coordinador del documento ambiental de la Estrategia Mallorca-2030. Habla por primera vez sobre el contenidos de este trabajo.

¿Quién y cuándo le encarga coordinar este proyecto? ¿Le cogió por sorpresa?
— Absolutamente por sorpresa, no me lo esperaba para nada. No tengo nada que ver con el Consell como institución ni con los partidos que lo gobiernan o que están en la oposición. Cuando me llamó la entonces consellera de Presidència Teresa Suárez no solo me sorprendió sino que me costó aceptar. A lo largo de mi vida he realizado proyectos de este estilo y mi experiencia es que normalmente no suelen ir muy allá. En principio dije que no, pero me convencieron de que esta vez iban en serio y que sería una oportunidad de cambiar las cosas. No había un compromiso de llevar a cabo todas nuestras propuestas, pero sí de estudiarlas y diseñar una hoja de ruta.

¿Quién le convenció?
— Tuve una conversación con la entonces consellera de Presidència y luego con la presidenta Catalina Cladera. Yo quería poder seleccionar a un equipo multidisciplinar y me diheron que sí. Quería tener una visión completa por parte de los expertos, del ecologismo más activista y militante, pero también del sector hotelero y empresarial. Todos los que participan en el documento lo hacen a nivel personal no en representación de las empresas para las que trabajan.

Ustedes entregaron el documento al Consell en febrero. ¿Qué ocurrió al llegar el verano?
— Habíamos trabajado duro en una serie de reuniones de todos los participantes con un secretariado que nos habilitó el Consell y efectivamente en febrero entregamos el documento. Costaba llegar a acuerdos, no fue un trabajo fácil, precisamente por el caracter multidisciplinar de los participantes. Cuando lo entregamos recibimos una nota del nuevo conseller Javier de Juan en la que agradecía el trabajo y nos decía que estaba decidido a continuar y que trabajaría en hacer una relación con las otras partes del documento (económica, sociológica y de gobernanza).

Han pasado siete meses...
— Sí, algunos de los miembros del equipo empezaron a llamarme en verano cuando todo colapsó y ya toda la Isla hablaba de masificación. Empezaban a decirme: ‘¿No será todo un lavado de imagen que sacarán a un mes de elecciones?' Había malestar y preocupación. En septiembre algunos dijeron que si el Consell no lo había querido hacer público el trabajo tenía que llegar a la sociedad. Era una situación difícil para mi. No había una posición unánime. Aún valoraba qué hacer cuando Ultima Hora lo publicó.

El conseller de Juan dice que trabaja en poner en común las cuatro partes. ¿Tan distintas son? ¿Las ha visto?
— No las he visto pero por lo que conozco del talante y trayectoria de los otros coordinadores (soy un admirador del economista Toni Riera) me sorprendería que nuestros proyectos no sean complementarios.

La comisión de construcción de la CAEB no ha tardado en reaccionar. ¿Le ha sorprendido?
— En absoluto. No me preocupa que la CAEB considere que no tiene suficiente. Siempre quiere más terreno, más materiales... para continuar un desarrollo que no nos lleva a ningún sitio. En Menorca la prohibición de edificar en suelo rústico fue clave. Es lo que se pide para Mallorca. Que se recule, se reconstruya y se rehabilite. Le aseguro que los constructores de la Caeb no se van a quedar sin trabajo.

Ahora que el documento ha salido a la luz, ¿cree que las propuestas se llevaran a cabo?
— Es una cuestión de voluntad política y de encontrar la fórmula más adecuada para hacerlo. Por eso es tan importante que se genere debate y el debate este verano estaba ya en toda la sociedad. No me gustaría que nuestro trabajo se utilice como un arma política de unos partidos contra otros, especialmente los del pacto, sino como una herramienta de transformación. Porque esta vez fue el Consell quien encargó el trabajo y quien tiene que liderar ese cambio.

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