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El número de cruceros en Palma ha bajado un 16 % de enero a septiembre respecto a 2019

La Plataforma contra els Megacreuers pide al Govern que reformule el acuerdo con las navieras para fijar un máximo de una escala al día

La Plataforma contra els Megacreuers ha instalado la mañana de este viernes una mesa informativa en la Plaça Major de Palma. | Jaume Morey

| Palma |

La Plataforma contra els Megacreuers ha instalado la mañana de este viernes una mesa informativa en la Plaça Major de Palma y ha explicado que, entre enero y septiembre de este año, el número de estos navíos que ha recalado en la ciudad se ha reducido un 16 % y el número de pasajeros lo ha hecho un 40 % respecto a 2019, antes de la pandemia. Sin embargo, sólo en octubre han llegado 84 cruceros. Jaume Garau, miembro de la plataforma y vicepresidente de Palma XXI, ha declarado que «el turismo de cruceros está sufriendo una crisis de demanda y fiabilidad, pues cada vez son más evidentes las emisiones que generan y los costes asociados a enfermedades pulmonares por contaminación marítima».

Garau ha cuestionado los supuestos beneficios locales que aporta el turismo de cruceros: «Los barcos más grandes no traen pasajeros de gran poder adquisitivo. Cada vez gastan menos. Los cruceros traen contaminación, vierten aguas residuales en el mar y colapsan las calles de Palma, además de acaparar un servicio público como es el del taxi. La actividad de los cruceros produce daños a la salud, molestias y gastos que pagamos nosotros, y luego se van sin asumir nada de todo esto, dejándonos los perjuicios. Además, los puertos del Mediterráneo, como el de Palma, son históricos y no están hechos para los grandes cruceros. La Badia de Palma está sobrecargada de tráfico marítimo y ellos son protagonistas en esta sobreocupación».

Más allá de los perjuicios locales, el miembro de la plataforma se refirió a que «estos barcos llevan banderas de paraísos fiscales y aplican una reglamentación laboral que sobreexplota a sus trabajadores». La plataforma apuesta por cruceros más pequeños, de entre 500 y 1.500 pasajeros con mayor poder adquisitivo y que aprecien el turismo cultural. Asimismo, la entidad considera que el acuerdo del Govern con las navieras para regular el número de escalas no es válido: «El turismo de cruceros no tiene nada que ver con el turismo sostenible. Es una actividad que sólo beneficia a unos pocos y ahora ya no está tan bien vista. Veremos si el año que viene se recupera o mantiene la tendencia a la baja. Lo que está claro es que las navieras necesitan llenar los barcos. Si no es así, pierden.

Por ello, el acuerdo del Govern debería reformularse y para nosotros lo ideal sería un crucero grande al día como máximo, aunque, si son grandes, mejor que no venga ninguno». Algunos datos que ha aportado la plataforma son: el fuel de estos buques es 3.500 veces más contaminante que el diésel para coche, los cruceros que llegan a Palma contaminan 94 veces más que todos los coches de la ciudad, un megacrucero de 2.000-3.000 pasajeros genera mil toneladas de residuos al día, la media diaria de verano en Palma es de 8.000 cruceristas (hay días que llegan a 16.000), Palma es la segunda ciudad de Europa más contaminada por cruceros y el crucero Symphony of the Seas es siete veces más alto que la Seo.

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