Era junio de 1975. Sidahmed Teyeb, conocido como el doctor Beri, había terminado tercero de Medicina en la Universidad de La Laguna (Tenerife). Desde 1958, el Sahara Occidental era provincia española. No era de extrañar que los jóvenes saharauis se fueran a estudiar a España. «Además de estudiante, también militaba». Fueron meses convulsos, rememora. Empezaba a calentarse la situación en su territorio y en la frontera. Sidahmed no estaba solo. Había tres estudiantes saharauis más repartidos en las carreras de Medicina y Enfermería. «Recuerdo que en esos meses estuvimos movilizándonos en Tenerife y concienciando a la población».
El entonces rey de España, Juan Carlos I, visitó por sorpresa, en noviembre de ese año, El Aaiún (actualmente ocupado) para dar respaldo a nuestro pueblo ante la invasión marroquí, conocida como la Marcha Verde. «Te diré esto. Ningún saharaui, ninguno, habría imaginado que España abandonaría el Sahara». El doctor Beri se matriculó en cuarto pero él y sus compañeros regresaron a su tierra. Empezaba la huida masiva de miles de familias sobre todo hacia el interior de Argelia. Un éxodo sin precedentes que dura hasta hoy. «Estaba viviendo una auténtica película. La gente salía a pie, no había medios de transporte. Era pura supervivencia». Cuenta Beri que le reubicaron en la ciudad de Esmara. Servía como combatiente pero ante todo le destinaron allí como médico, a pesar de que «no tenía ninguna experiencia».
Los bombardeos empezarían muy pronto. Se estima que más de 40.000 personas huyeron de las ciudades ante la represión marroquí. La población se dispersó hacia el interior, buscando en su camino regiones nómadas con pozos de agua. El doctor partió desde Esmara a la región de Mheiris con más de 10.000 personas. Caminaban 30 kilómetros diarios. «Hacía frío y teníamos dolor físico, pero el cuerpo aguanta sin comer ni beber por el instinto de supervivencia», dice. En enero de 1976, esta parte de la población continuó el periplo hasta la ciudad de Tifariti. Fue el periodo en que muchas familias murieron a causa de los bombardeos por parte del Ejército de Marruecos. Utilizaban bombas de aviación con napalm.
El primer recuerdo que tiene cuando estalló la primera bomba es que regresaba de una especie de dispensario para visitar a un médico. «Del estruendo, me caí al suelo y me tapé los oídos». Pronto, Sidahmed Teyeb ayudó a concentrar a la población lo más rápido posible para que «al día siguiente no quedara nadie en Tifariti. Metimos a las miles de personas en tres camiones y en coches. Imagínate la imagen». Unos vehículos se dirigieron hacia Rabuni, actual ciudad administrativa de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), mientras otros fueron a 15 km al norte de Tifariti.
El territorio saharaui sufrió un éxodo que ha marcado las vidas de las miles de familias que hoy viven ancladas en los campamentos de refugiados de Tindouf, separados con el ‘Muro de la vergüenza' de otros saraharuis que están en zona invadida y sufriendo las consecuencia durante 47 años. Siguen siendo la última colonia de África. Preguntado por la postura histórica del presidente Pedro Sánchez, hacia el plan de autonomía de Marruecos sobre el Sahara Occidental, Sidahmed considera que «llamar traición a lo que ha hecho España con nosotros es minimizar su calificativo. No esperábamos grandes cosas del socialismo, pero ¿esto? Por Dios».
Sidahmed Teyeb es secretario general del primer ministro desde 2012. Anteriormente, había sido ministro de Salud Pública y también pasó 15 años como director de prevención. Beri, sin embargo, no solo nació para ser combatiente, sino para ser médico. «Pensé que si la forma de ir por el mundo de una manera digna y respetable era siendo médico, entonces este tenía que ser mi camino o ninguno».