En dos años se habrán jubilado el 20 % de los pediatras de Atención Primaria de Mallorca y no hay renovaciones suficientes. Esta es uno de los retos a los que tiene que hacer frente el sistema de salud público de las Islas y la solución no es fácil. Marianna Mambié, pediatra de Atención Primaria y presidenta de la Asociación de Pediatría de Atención Primaria de las Islas Baleares (APapIB), ha precisado que esta cifra se calculó en 2019 con datos de la Gerencia de Atención Primaria de Mallorca. Además, se puso de manifiesto que se prevén que en 2029 se habrán retirado la mitad de los pediatras de Mallorca. El gran contratiempo surge a la hora de cubrir todas estas plazas, puesto que ni las Islas, por el sobrecoste que representa la insularidad, ni Atención Primaria resultan atractivos.
En este sentido, Mambié ha destacado que el año pasado no se quedaron en los centros de Atención Primaria del Archipiélago ninguno de los residentes que se formaron en esta especialidad. Uno de los motivos que contribuyen a ello es que la formación se centra mucho en los hospitales y otro es que en la Península faltan un 25 % de pediatras y los que proceden de allí regresan porque el nivel de vida es más bajo. Por citar un ejemplo de calado, el acceso a la vivienda no es tan problemático.
Desde el IB-Salut han informado que en 2018 se convocaron oposiciones a pediatra de Atención Primaria y hospitalaria, pero a las 178 plazas ofertadas sólo se presentaron 108 aspirantes. Estas mismas fuentes han asegurado que están tratando de «hacer las plazas atractivas económicamente y fidelizar a todos sus profesionales de pediatría, por ejemplo, ofreciendo interinidades o captación activa en congresos de pediatría». Este problema no se limita a la pediatría, sino que afecta a todo el sector; el sindicato médico ya ha manifestado que está «alarmado» por la falta de relevos generacionales en Baleares.