La subida del Euríbor marca la diferencia entre llegar a fin de mes con los bolsillos ajustados o no llegar. Y los datos no son halagüeños. El indicador de referencia para fijar el interés que pagamos por una hipoteca finaliza septiembre por encima del 2,2 por ciento, la mayor subida de la historia. Y ya advierten que no será la última antes de fin de año. Para cualquier familia con una hipoteca de tipo variable, eso es un auténtico drama. Y hay 4 millones de españoles que tienen contratada una hipoteca de estas características en España. De un mes para otro han visto cómo su cuota se ha encarecido entre 150 y 200 euros de media.
La Plataforma de Afectados por las Hipotecas augura en los próximos meses «una cascada de impagos» de muchas familias que hasta ahora pagaban religiosamente sus cuotas y vivían sin grandes dispendios, pero con algún lujo. Antes de que finalice el año pasarán de ser clase media a convertirse en familias vulnerables. Un nuevo perfil de afectados que se sumarán a esas otras personas que llevan meses ahogadas económicamente sin poder pagar debido a la pandemia, y que hasta ahora se habían agarrado al salvavidas de la moratoria hipotecaria que les permitía pagar solo los intereses de sus préstamos. «El problema se agrava», advierte Joan Segura, responsable de asesoría jurídica colectiva de esa entidad.
El portavoz de la plataforma apunta que «los impagos de momento no acabarán en desalojos por el aplazamiento de la suspensión de desahucios y lanzamientos hasta el 31 de diciembre, pero 2023 va a ser un año duro. Pasaremos de ver letras impagadas a un incremento de los desahucios». Este augurio contrasta con los últimos datos presentados por el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), que desvelan que en el segundo trimestre de 2022 se practicaron 315 alzamientos en Baleares, lo que supone un 14,2 % menos que el mismo periodo del año anterior. Esto es la calma chicha antes de la marejada.
Y no hay que quitar la vista del temido Índice de Referencia de Préstamos Hipotecarios (IRPH), que se incluye en muchos contratos hipotecarios, aunque la gente no lo sepa, y que ya ha roto su tendencia a la baja. Los últimas estimaciones prevén que pueda subir dos puntos antes de fin de año. Un varapalo más, y van, para la economía de muchas familias.
Joan Segura señala la importancia de asesorarse antes de tomar una medida drástica: «Hay familias que tienen tal sentimiento de culpa al no poder pagar, que llegan a acuerdos sinsentido a las primeras de cambio con sus entidades bancarias, como entregar su casa con la promesa de la dación en pago y de un alquiler social». En este sentido, recuerda que «lo primero que tienen que saber las familias que pasan apuros es que nadie les va a quitar su vivienda porque falles un mes en pagar la letra de la hipoteca; el banco no puede actuar hasta pasados 12 o 15 meses. Hay tiempo de buscar opciones».