Los millennials no lo recordarán y a la generación Z le parecerá surrealista que hasta principios de los 90 una estampa habitual en Palma fuera la de un vehículo circulando por sus calles a gran velocidad con uno de sus ocupantes agitando un pañuelo blanco. ¿Qué significaba? El traslado urgente al hospital de una parturienta, una persona accidentada, un ataque al corazón... cuesta creerlo, pero las ambulancias no eran habituales en Baleares ni en España en general. Estaban las conocidas en la jerga sanitaria como ‘tunas', que solo trasladaban al paciente al centro hospitalario, y las ‘lecheras', los vehículos que utilizaban los médicos de urgencias de los PACS. Pero lo que tenemos hoy en día, en aquella época era ciencia ficción.
Baleares no tuvo una red de atención médica de urgencias organizada hasta 1992, cuando nació el SAMU 061 gracias al esfuerzo conjunto de Manel Castillo, por esa época gerente de Atención Primaria de Mallorca, y de Pep Pomar, entonces subdirector técnico de la misma área. Se trataba del tercer servicio de estas características que se creaba en el país, algo habitual en el resto de Europa, pero no en España. Los pioneros fueron Madrid y Barcelona, luego nuestra comunidad, que se fijó en el ejemplo francés para dar forma al 061.
«Fue un acto de fe y de esperanza: de fe porque creían en el proyecto y lo pusieron en marcha casi sin autorización; y de esperanza porque la población contaba por fin con un medio de auxilio en una situación trágica que podía llegar a ser mortal», recuerda María Dolores Riart, ex gerente del 061, actualmente médico coordinadora del servicio y una de las profesionales más veteranas del equipo.
«Como se puede imaginar, todo era muy primitivo en esa época. Prueba y error. Aprendíamos sobre la marcha. Piense que al principio el 061 estaba formado por tres ambulancias medicalizadas repartidas en Palma, Inca y Manacor; dos telefonistas en la central de coordinación y un locutor que ejercía de contacto. No teníamos teléfono directo, no sabíamos cuándo iba a llegar», recuerda María Dolores Riart.
Llamadas y respuestas
De esa época a la actualidad han cambiado mucho las cosas. El 061 cuenta en estos momentos con 748 profesionales y 13 unidades de soporte vital avanzado (USVA) y 33 de soporte vital básico (USVB). La evolución es constante, la demanda también. El primer año del que se guardan estadística de llamadas es 1997, cuando recibieron 144.423 llamadas, el año pasado se produjeron 668.835 y este 2022 finalizará superando las 800.000 llamadas atendidas. Para el recuerdo del 061 queda el 19 de marzo de 2020, en lo más duro de la pandemia, cuando recibieron 26.000 llamadas en un día; este verano, por ejemplo, se han producido una media de 2.200 al día.
Por eso, el número de incidentes ha aumentado también, hasta un 28 por ciento desde 2019, justo antes de la pandemia. El tiempo de respuesta medio de un ictus entre la recepción de la llamada y la llegada al hospital es de 60 minutos, en el resto de comunidades ronda los 97 minutos. «Trabajar en el 061 es no tener casi un momento de respiro. Otros datos que llaman la atención: el tiempo de respuesta medio en un código ictus entre la recepción de la llamada y la llegada al hospital es de 60 minutos en Balears, en el resto de comunidades ronda los 97 minutos; mientras que una unidad de soporte vital avanzado responde en 13 minutos y 36 segundos.
«No es un trabajo para lamerte las heridas tras un caso difícil o por un paciente que no ha superado una crisis. No tienes tiempo de recuperarte cuando llega la siguiente llamada o la próxima salida», confiesa Eloy Villalba, gerente del Servei d'Atenció Mèdica Urgent de Balears SAMU 061. No duda en enorgullecerse «de un equipo que ya es una familia» y que ha pasado toda una prueba de fuego con la pandemia de coronavirus y sus sucesivas olas.
El SAMU 061 celebra el próximo 19 de septiembre tres décadas de trabajo con más medios técnicos y humanos y récord de llamadas. Sin olvidar la formación constante del equipo y programas en activo como ‘RCP en la Escuela', en el que un total de 12.732 alumnos de las Islas han recibido ya formación en reanimación cardiopulmonar; o el programa ‘Alerta escolar balear', que prevé la formación sanitaria adecuada para el personal de los centros educativos y facilitar así la atención inmediata y eficiente a los alumnos que padecen una patología crónica. Cuando se dice que «este equipo está hecho de otra pasta», seguramente tienen razón.
La Unidad de Transporte Pediátrico de Balears, un referente
Kay Boris Brandstrup es uno de los miembros de la Unidad de Transporte Pediátrico de Balears (UTPB) desde que se puso en marcha. Se formó en el hospital Gregorio Marañón de Madrid, se especializó en la UCI pediátrica de Toledo y en 2005 se unió al equipo de este servicio, que puede tratar y trasladar a bebés de 500 gramos de peso hasta chavales de 80 kilos. «Somos una ambulancia con equipo puntero, tuneada con juguetes y colores vistosos para hacerla más alegre para nuestros pequeños pacientes capaz de estabilizar al enfermo in situ, para luego trasladarlo, normalmente a Son Espases», explica Brandstrup que se vanagloria de que esta ambulancia nunca ha perdido a un menor en un traslado en 17 años de trabajo.
La UTPB la componen un equipo mixto de cinco pediatras intensivistas, 5 enfermeros del SAMU 061 y otros 3 del hospital de Son Espases. Trabajan las 24 horas los 365 días del año. Hay una ambulancia en Palma, una en Menorca y un helicóptero en Eivissa. Solo existen cinco equipos similares en toda España: Catalunya y Castellón cuentan con una ambulancia para niños y neonatos, mientras que las unidades de Valencia y Madrid solo trasladan neonatos. «Estos equipos altamente especializados son muy habituales en el resto de Europa, desgraciadamente en España no es así», apostilla el pediatra.
El trabajo de esta UTPB comienza cuando reciben una llamada del 061; tienen 30 minutos para estar operativos y en marcha. Cuando comienza una guardia, muchas veces no saben cuándo va a acabar.
El récord está en 32 horas. Sucedió el 24 de abril de 2018, cuando la UTPB de las Islas realizó el primer traslado aéreo nacional de un bebé de 14 meses, con oxigenación extracorpórea, que sufría una afectación pulmonar grave. El operativo se coordinó en dos fases: una primera, en la que profesionales de Son Espases y del 12 de Octubre sometieron al paciente a la técnica ECMO, y una segunda fase en la cual se le trasladó a Madrid con la participación de la Unidad de Transporte Pediátrico Balear, del SAMU-061, el SUMMA 112 (Madrid) y el Ejército del Aire (UMAER).
Un trabajo bien hecho que hace que los pediatras que quieren hacer su rotación en esta unidad, tengan una lista de espera de tres años.