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Comer de forma saludable, una opción económica que no está al alcance de todos

Una nutricionista explica cuáles son los alimentos más económicos y sanos, que pueden sustituir a otros más caros

El brócoli es un producto sano, mucho más económico que el bimi, que está muy de moda | valeria_aksakova

| Palma |

Comer de forma saludable es una opción que no está al alcance de todo el mundo, puesto que el precio de los alimentos sanos se ha disparado. La leche es el producto que más se ha encarecido en el último año, concretamente un 21,8 %, según los datos del IPC del mes de agosto que han sido publicados por el INE. Le siguen los aceites y grasas (21,1 %), la carne de vacuno (19,9 %), la carne de ovino (18,7 %) y los cereales y derivados (18,6 %).

Ante este panorama, muchas personas están recurriendo a la comida basura (precocinados, bollería industrial, etc.) y prescindiendo de los alimentos frescos. Ultima Hora se ha puesto en contacto con María Colomer, dietista-nutricionista, que asegura que «tener controlados los costes de la alimentación implica tener una planificación de lo que será necesario y lo que no. Tener un plan de alimentación es un buen inicio para evitar el desperdicio alimentario, que significa tirar dinero a la basura sin más».

En este sentido, recomienda seguir una dieta mediterránea y no dejarse llevar por productos que puedan estar más de moda. Así, en lugar de comer quinoa aconseja consumir arroz integral; el salmón se puede sustituir por las sardinas o la caballa; el aguacate por el aceite de oliva; la kale por la col; el mango por la nectarina; y el bimi por el brócoli.

Alimentarse de forma saludable sin arruinarse

Pese a que es consciente de que hacer la compra cada vez es más duro para el bolsillo de los consumidores, Colomer insiste en que es posible alimentarse de forma saludable. Aunque las frutas se han encarecido, se deben tomar al menos tres al día; las de temporada y mediterráneas son más económicas. Tampoco pueden faltar las hortalizas; lo recomendable es comer dos al día y una de ellas debe ser sin cocinar, en forma de ensaladas. «Las de temporada son habitualmente más económicas y podemos utilizar verduras congeladas».

Los cereales también son imprescindibles, pero la nutricionista recomienda dejar a un lado, si hay dificultades económicas, la quinoa o el trigo sarraceno, que se han puesto de moda y son más caros que el trigo y el arroz integrales. El pan y la pasta también deben ser integrales; lo ideal es que un paquete de medio kilo de pasta dure al menos dos semanas y uno de un kilo de arroz, un mes. Los tubérculos también son esenciales en la dieta. «Las patatas las podemos encontrar todo el año y de proximidad. Otros tubérculos son de temporada, como el boniato, y lo podríamos aprovechar para incluir variedad. La ración media es de 150-200g y su consumo puede ser de tres a cinco veces a la semana».

En el caso del aceite de oliva, la ración recomendada es una cucharada sopera de 10 gramos y de media al día se pueden establecer entre cuatro y cinco raciones. «De esta forma una botella de un litro debería durar como mínimo 20 días. Si hay que ajustar los costes, la recomendación es usar un aceite de oliva para cocinar y para aliñar aceite de oliva virgen o virgen extra, si se llega». Los lácteos también son muy importantes para llevar una buena alimentación. «Solo se incluyen la leche y los fermentados, como el yogur o el kéfir; se deben elegir naturales, sin frutas, cereales, etc. Si solo se toma leche, lo ideal son 400 ml al día y si solo se toman yogures deben ser dos.

Otro producto económico y muy saludable son las legumbres, que deben ingerirse como mínimo tres veces a la semana. «La legumbre seca siempre será más económica que la cocida y podemos cocerla y congelarla para tenerla siempre disponible. La legumbre no debe acompañarse de carne, pescado, huevo o cualquier otro alimento rico en proteínas, ya que por sí misma nos aporta la proteína necesaria».

Las proteínas animales se encuentran en el pescado, los huevos y la carne blanca. «Todas han subido de precio, pero quizás nos ayude saber que la frecuencia para cada uno de ellos es de tres-cuatro veces como máximo a la semana. El huevo sería la proteína de origen animal más económica y al menos tres veces a la semana podemos echar mano de ella. En el pescado podemos recurrir a los de temporada, más económicos, como ahora la llampuga, la sardina, la caballa. Podemos alternar entre pescado fresco de temporada, pescado congelado y también conservas para equilibrar el coste. En las carnes se debe ajustar la ración recomendada de carnes blancas; y para las carnes rojas, procesadas y embutidos tener presente que podrían incluirse de dos a tres veces al mes jamón cocido o serrano, que podrían sustituir una ración de carne. El queso en una ración de 50 gramos nos aporta también proteína animal».

«Con estas recomendaciones lo que hay que hacer es ajustar el aporte semanal de legumbres y alimentos que proporcionen proteínas animales porque en el plato tiene que haber cada día hortalizas y cereales o tubérculos», concluye Colomer.

El apunte

Ejemplo de un menú saludable

María Colomer, dietista-nutricionista, ha elaborado un menú saludable y económico, que puede servir como ejemplo para llevar una buena alimentación.

Lunes: Legumbre para comer y pescado azul en conserva para cenar.

Martes: Ave a mediodía y huevo por la noche.

Miércoles: Legumbre para almorzar y pescado blanco para cenar.

Jueves: Huevo para comer y ave en la última comida de la jornada.

Viernes: Legumbre en la comida y jamón serrano en la cena.

Sábado: Pescado para comer y queso para cenar.

Domingo: Ave en el almuerzo y legumbre por la noche.

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