«Si algo es necesario como el comer, en una sociedad democrática, es el buen periodismo». Esta sentencia que la periodista y escritora Elvira Lindo lanzó casi al final de una conferencia sobre La Información en salud, la necesaria calidad fue la idea que planeó durante todo el coloquio organizado este martes por el Club Ultima Hora y la Reial Acadèmia de Medicina de les Illes Balears (RAMIB).
Junto con el vicesecretario de la entidad, el doctor Javier Cortés, ambos debatieron sobre la información y la desinformación actual, sobre el papel distorsionador de las redes sociales y sobre el futuro que viene de la mano de las nuevas generaciones que han dejado de informarse con las fuentes más clásicas y fiables, los medios de comunicación.
Según Elvira Lindo son muchos los factores que han podido influir en el cambio del panorama actual. La crisis de los medios, en especial el complejo escenario de la prensa escrita, y las diferentes entradas de publicidad, o la defensa de la gratuidad de los contenidos habrían abocado a precarizar a sus profesionales. «La opinión ha substituido muchas veces a la información», defendió por un lado. «A pesar de que se paga, es más barato opinar que investigar», dijo. Y además «hemos acostumbrado a los lectores a no informarse, sino a buscar la opinión que corrobore lo que él piensa», añadió.
«Eso es peligrosísimo», reaccionaba a su lado el doctor Cortés, quien se animó a ejemplificar con una investigación las declaraciones de la periodista. «Hace seis años publicamos un trabajo sobre dónde hacían las consultas sanitarias unas 6.000 mujeres. El 70 % acudía a Google, el 20 % a una vecina o una amiga y el 10% restante al médico», subrayó. «La conclusión es dramática porque en Google las webs oficiales salen en el puesto 14 o 15...».
Y es que en materia de sanidad las consecuencias pueden ser todavía más graves, como se ha visto por ejemplo en la pandemia. Durante la charla se recordó cómo proliferó el discurso antivacunas y el hecho de que tuviera «más fuerza informativa» Novak Djokovic por negarse a protegerse de la COVID que una carta de un grupo investigador defendiendo su efectividad.
La afamada escritora, también columnista, defendió que incluso los tertulianos u opinadores, colectivo entre el que se incluye, deben ser responsables: «Yo, categoría de científica no tengo, pero sí ética y la divulgación de la mentira tiene fines muy claros», apuntó. En este sentido «no hay que confundir la libertad de expresión con la mentira porque en ningún caso la libertad puede perjudicar a los demás», subrayó Lindo.
Para prevenir la desinformación, en el coloquio no faltaron referencias a la educación de la población, sobre todo en edad escolar. El doctor Javier Cortés advirtió que «los hábitos de vida saludables deben saberse como el código de circulación» y Lindo añadió que faltan campañas estatales en este sentido.
Desde el público, el vicepresidente de la Asociación de Periodistas de Balears (APIB), Antonio Sánchez, defendió la educación mediática en los ciclos de Primaria y Secundaria para lograr «que los jóvenes se informen bien». Y es que no hay que perder de vista, puntualizó después el director de cadena Cope, Xavier Bonet, «que los medios están muy regulados pero las redes sociales no, nuestro principal competidor».
Antes de terminar, Elvira Lindo defendió la práctica del buen periodismo como la mejor fuente de información y lamentó que «su base sea la más invisible para el lector».