El nuevo soberano del Reino Unido, junto a su primera esposa, la princesa Diana, pasó cuatro vacaciones veraniegas en Marivent, en 1986, 1987, 1988 y 1990.
Fueron cuatro veranos de noticias casi a diario, tanto por las actividades que los príncipes de Gales protagonizaban en la Isla como por el rumor de que la pareja se encontraba al borde del divorcio, que se fue haciendo cada vez más evidente a medida que pasaron los años y se les veía más distantes.
Aparte de los rumores, cada vez más consolidados, la pareja ofreció otros buenos momentos, como la primera fotografía que se le hizo a ella, cuando, a los dos días de llegar a Mallorca, se embarcaron en el Fortuna para pasar un día en familia en compañía de don Juan Carlos, doña Sofía y el resto de la Familia Real.