La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) prepara, a petición del Govern, un estudio de revisión del gasto público balear en sanidad y educación que, según un análisis preliminar, ya partirá con la premisa de la necesidad de racionalizar recursos en ambos ámbitos. A tenor de los datos disponibles, la AIReF detecta «cifras elevadas» en el gasto dedicado al personal sanitario que «justifican su revisión y la búsqueda de posibles ganancias de eficiencia». Asimismo, «se identifican importantes márgenes de mejora» en la contratación y las compras públicas en este mismo ámbito.
Las conclusiones son similares en el sector educativo, donde se considera justificada la necesidad de llevar a cabo «una evaluación que profundice en la correcta asignación de recursos para la mejora de la eficiencia a la vez que aborde los retos de futuro en materia de personal de la educación no universitaria». El estudio preliminar toma como referencia la última edición de la Estadística del Gasto Sanitario Público, de 2020, primer año de la pandemia. Según esos mismos datos, el Ejecutivo balear realizó un esfuerzo presupuestario en sanidad de 2.085 millones de euros, lo que supuso un 6,9 % –ligeramente por encima de la media estatal– del Producto Interior Bruto (PIB) de la comunidad y el 34 % del gasto público total.
El gasto en personal sanitario es uno de los vértices clave que identifica el informe en la búsqueda de una mejora de la eficiencia presupuestaria. Mientras que en el conjunto de España el personal sanitario representa una quinta parte de todos los empleados públicos, la proporción en Balears es de una tercera parte. En total, 16.225 efectivos repartidos en atención primaria, hospitalaria y dispositivos de emergencias.
Según el informe, los gastos en personal –de 904 millones de euros en 2020– «son con mucha diferencia los más relevantes de todas las partidas del presupuesto de sanidad», además de proporcionalmente superiores a la media estatal. Para entender la dimensión actual del gasto en remuneración de personal sanitario hay que señalar que éste casi se ha triplicado desde 2002 debido a crecimientos muy pronunciados entre 2008 y 2013, antes y después de la Gran Recesión. Por lo que respecta a la parte del estudio dedicada al ámbito educativo, ésta analiza la eficiencia y los márgenes de mejora de la planificación de los recursos humanos asignados a los distintos centros.
Así, Baleares gastó en 2020 1.006 millones de euros en políticas educativas, un 16 % del gasto público total. La mayor parte del gasto en política educativa en España corresponde al ámbito no universitario y en Balears supone un porcentaje superior a la media del resto de comunidades: 928 millones, un 90 % del gasto total en educación (78 % de media estatal). Entre 2013 y 2020 ese gasto estaba por debajo de la media nacional, pero experimentó un incremento mayor que en el resto del territorio nacional como consecuencia de la COVID-19.
El gasto público por alumno en centros públicos y concertados fue de 5.905 euros por escolar, superior a los 5.398 de media en España. Por otra parte, el número medio de alumnos por profesor que imparten enseñanzas de régimen general es inferior a la media nacional (9,5 por 10,1). Dos datos a mejorar: la proporción de jóvenes escolarizados a los 16 años es siete puntos inferior a la media nacional (89 % por 96 %), mientras que la tasa de abandono temprana de la educación está muy por encima (21,3 % por 16 %). La conclusión es que se ha dado un paulatino incremento del gasto por alumno y del número de docentes que no se ha traducido en una rebaja de la tasa de abandono temprano de la formación ni en aumentar la tasa de escolarización.