Triste desenlace para los chilenos que el domingo pasado fueron a votar a Valencia con la esperanza de ver un cambio con el ‘sí' a una nueva Constitución en su país. Los entrevistados, afincados en Mallorca desde hace años, coinciden en esta entrevista en que entre los motivos por los cuales ha ganado el ‘no' en las urnas ha sido por la campaña «del terror» promovida por la derecha.
Sin embargo, muchos reconocen que se echaron las manos a la cabeza al conocer el resultado, cuando casi el 80 % de la población chilena votó el cambio en el plebiscito de 2020. Diego Moncada, chileno de 21 años, estudia Ciencias Políticas en la Universidad de Santiago. Asegura que en un principio «iba con pocas esperanzas, pero al estar en Valencia me sentí más motivado por ver tanta gente así. La mayoría estábamos a favor de una nueva Constitución. Antes de irme a dormir vi las noticias y fue triste conocer el resultado».
Su padre y su tío, Danilo y Patricio Moncada, llevan más de una década en Mallorca. Danilo es además vocal de la Asociación Casa de Chile. Coinciden en que la derecha ha sembrado el pánico entre la población. «Los cambios iban a ser muy buenos, pero eso la gente no lo conoce, tenía miedo de que pasara lo mismo que en Venezuela».
Sanidad y educación gratuitas, vivienda digna o el reconocimiento, por primera vez, de los indígenas son solo algunas de las propuestas marcadas en el texto. Para Elizabeth Pérez, originaria de Santiago de Chile, es un resultado «horrible después de todo lo que hemos pasado. Soy una persona que ha luchado por su país en contra de Pinochet, de la dictadura y de todo lo mano». Elizabeth tiene a sus hijos en ese país y se muestra especialmente triste porque tiene una nieta de 2 años diagnosticada con autismo. «La nueva Constitución incluía una programa especial para estos niños. Mi hijo está devastado ahora. Se gasta medio sueldo en llevarla a médicos».
Isabelina Valdebenito considera que la derecha «hizo muy bien su trabajo con la campaña del terror». Para ella, es una «pésima noticia» lo sucedido en las urnas, donde un 62 % votó en contra. «La gente chilena no lee, no se informa. Hicieron caso a lo que decía la televisión», lamenta. Entre las mentiras, infundadas de la derecha, destacan aspectos como que si los chilenos votaban a favor, les quitarían una casa o se quedarían sin trabajo, algo que comparten también otros de los entrevistados. Mario Carrasco, de Valparaíso pero en la Isla desde hace 15 años, fue dirigente de movimientos estudiantiles a finales de los sesenta. No le sorprende el resultado de las elecciones. De hecho, Mario ya ni vota, «teniendo estas condiciones, donde hay una dictadura –todavía– democrática, donde son los dueños de las televisiones, radios y periódicos. Yo estoy a favor de un texto que sea representativo, pero allí todos están por lo privado. Así que, ¿cómo podían votar lo contrario si están obligados a votar ‘no'?».
A pesar del resultado, la mayoría se muestra optimista porque el proyecto que comenzó en 2019 con unas protestas estudiantiles tire hacia adelante. Creen que el presidente, Gabriel Boric, no tiene la culpa de estos resultados y confían en que pronto se reformulen un texto «que vele por los derechos fundamentales de todos los chilenos».