Siete de cada diez niños de Baleares de entre tres y 12 años tuvieron piojos en los tres años anteriores a la pandemia, según el 'IX Estudio CinfaSalud: Percepción y hábitos de los padres y madres españoles ante la pediculosis' elaborado por Cinfa y avalado por la Sociedad Española de Farmacia Clínica, Familiar y Comunitaria (Sefac). Mientras que con la pandemia se ha reducido «considerablemente» la incidencia de la pediculosis, «ahora que las circunstancias sociales y sanitarias vuelven a ser las habituales de las de la época precovid, la infestación del cuero cabelludo y pelo por piojos va a volver a constituir un problema de salud de alta incidencia en las aulas y hogares españoles», ha advertido el médico de Cinfa Julio Maset. Según el estudio, el colegio se percibe como el principal lugar de contagio de esta afección.
El 94,7 % de las familias de Baleares cree que sus hijos se contagiaron de piojos en la escuela. Los campamentos son el siguiente ambiente más señalado como posible lugar de contagio: un 14,7 % de las familias creen que sus hijos se contagiaron allí. Le siguen las actividades extraescolares (10,7 %) y otros lugares sin precisar (10,7 %), la piscina (6,7 %) y el entorno familiar (5,3 %). El estudio confirma que en España este problema es más frecuente en las niñas: un 55,8 % tuvieron piojos en los tres años previos a la pandemia, frente al 47,5 % de los niños. «Este hecho se explica porque el cabello largo supone una mayor superficie de transmisión para los parásitos y porque, entre las niñas, son más habituales los juegos de cercanía y son más proclives a compartir artículos de pelo», ha apuntado Maset. Por edades, la incidencia es mayor en niños mayores de seis años.
El picor es el signo de contagio más frecuente
El signo de contagio más frecuente es el picor: el 73 % de las familias detectan la pediculosis por este síntoma, y un 61,3 % ve los piojos en el cabello de los niños al peinarlo. El 5,3 % observa lesiones en el cuello o tras las orejas, zonas óptimas de desarrollo de estos parásitos, y el 1,3 % se da cuenta de que su hijo no duerme bien. El picor y las molestias derivados de la pediculosis es la principal preocupación de los padres españoles (35,2 %), así como el temor a que el resto de la familia pueda contagiarse (17,3 %) y el riesgo de transmisión de enfermedades (16,9 %). Con todo, como aclara la vicepresidenta de Sefac, Ana Molinero, el piojo humano de la cabeza no transmite enfermedades. Las molestias que implica el tratamiento (14,4 %), el rechazo que generan estos parásitos (8,5 %) y el estigma que puede suponer para los niños (7,6 %) aparecen también reseñados como preocupaciones frecuentes.
Impacto psicológico en los menores
El estudio de Cinfa también muestra el impacto psicológico que supone este problema en los menores afectados. Un 20 % de los padres y madres de Baleares cree que tener piojos afecta emocionalmente a los niños. Este porcentaje se eleva al 48% en el caso de padres que sienten que les afecta a sí mismos directamente, especialmente en las madres, progenitores jóvenes y familias con niños más pequeños. Ante estos datos, Julio Maset ha apelado a la necesidad de normalizar la pediculosis como «un problema más de salud, fácilmente atajable y en absoluto vinculado al pelo sucio, para ahorrar angustias innecesarias». De hecho, el estudio pone de manifiesto que es muy común la falsa creencia de que los piojos están relacionados con una falta de higiene, y eso lleva a algunos padres a temer que traten a sus hijos de un modo diferente. El miedo al estigma, alerta Cinfa, lleva a los progenitores a no cumplir con la responsabilidad de notificar al colegio que sus hijos tienen piojos, lo cual agrava la transmisión. En Baleares, el porcentaje de familias que no notifica al centro el contagio es del 22,7 %. Otras falsas creencias son que los piojos vuelen de una cabeza a otra, que las mascotas los contagien o que el mejor remedio es cortar el pelo --algo que puede facilitar el tratamiento, pero no es necesario y puede generar un mayor impacto psicológico en los niños--.
La mayoría de familias no realizan correctamente los tratamientos
El estudio revela que dos tercios de las familias de las Islas no supieron cómo actuar cuando sus hijos tuvieron piojos por primera vez. Para informarse, la fuente de consulta más habitual a la que recurren los madres y padres baleares es el farmacéutico (57,3 %), seguida de Internet (36 %), amigos o conocidos (34,7 %) y médicos y enfermeros. El 5,3 % busca información en revistas o libros, el 4 % de las familias consulta a su peluquero y el 2,7 % pregunta en el colegio. Por otro lado, si bien hasta un 93 % de las familias de las Islas aplican un tratamiento pediculicida para eliminar los piojos, sólo el 17,1 % lleva a cabo el tratamiento correctamente, y a pesar de ello un 87% de ellas creen que fue eficaz. Para realizar el tratamiento de forma correcta es necesario seguir las instrucciones del fabricante, peinar mechón a mechón con la lendrera, no usar secador y continuar utilizando la lendrera en las dos semanas siguientes, hasta verificar en siete días si todavía hay parásitos --y de haberlos, repetir el tratamiento--. En este sentido, Cinfa incide en que tratamientos caseros como la mayonesa o el aceite de oliva no tienen eficacia demostrada, mientras que en el vinagre, aunque puede ayudar a despegar las liendres, no es capaz de matar al parásito y puede irritar el cuero cabelludo. Además del tratamiento, se pueden adoptar medidas complementarias. Las más utilizadas en la Comunidad son lavar sábanas y toallas a 60ºC (88 %), revisar el pelo de toda la familia (77,3 %) e indicar a los niños que eviten compartir artículos de pelo (64 %). Además, cuatro de cada diez padres y madres (38,7 %) aspiran muebles, sofás y colchones y el 18,7 % aísla los objetos que no pueden lavarse en una bolsa cerrada durante una semana.
El estudio alerta asimismo de que en Baleares las medidas preventivas no se llevan a la práctica con la frecuencia recomendable: una de cada tres familias no utiliza repelentes de piojos, ni siquiera cuando existen casos de pediculosis cerca o los niños la han pasado recientemente. De hecho, en el 37,3 % de hogares, los niños con piojos han contagiado a otros miembros. Por todo ello, Cinfa y Sefac han difundido un decálogo de recomendaciones, como desterrar los mitos en torno a los piojos; adoptar medidas preventivas como revisar el cabello y utilizar repelente; pasar la lendrera correctamente; avisar al colegio en caso de contagio; elegir un tratamiento adecuado, seguir sus instrucciones y no confiar en tratamientos caseros; no utilizar secadores; extremar la higiene en casa; y no bajar la guardia en los días posteriores al tratamiento. La investigación de Cinfa y Sefac se basa en un cuestionario online realizado a una muestra representativa de 3.072 padres y madres españoles con hijos e hijas de 3 a 12 años escolarizados -4.204 niños y niñas-, residentes en todas las comunidades autónomas.