Un equipo de investigadores de la Universidad de Oviedo, dirigido por Carlos López-Otín, catedrático de Bioquímica y Biología Molecular, ha descifrado el genoma de la llamada ‘medusa inmortal' (Turritopsis dohrnii). El interés por esta medusa radica en que, con sólo unos milímetros de longitud, tiene la capacidad de revertir la dirección de su ciclo vital hacia un estadio anterior asexual. En definitiva, rejuvenece y extiende su longevidad hasta el punto de evitar su muerte.
El estudio ha sido publicado en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences (Estados Unidos) y el propio López-Otín confirmó este martes a este periódico que, en el desarrollo del estudio, se han capturado ejemplares en el norte de Japón, el sur de Italia y en aguas de Mallorca. Los investigadores han explicado que hubo que aprender a diferenciar esta especie de otras similares y a mantenerlas con vida en su transporte hacia Asturias con medios acondicionados. Además, en el Acuario de Gijón se establecieron unas condiciones de cultivo con medidas de seguridad y atención extremas.
Guillem Mateu, profesor de Biología Marina en la UIB, comentó que «la Turritopsis dohrnii es un hidrozoo que, cuando es medusa, llega al medio centímetro de longitud y puede encontrarse en el Mediterráneo. Su capacidad de rejuvenecer es compartida con otros cnidarios, algunos de su mismo género. La diferencia es que esta especie lo puede hacer siempre y otras sólo pueden hacerlo hasta que llegan a su madurez sexual». La inmensa mayoría de los seres vivos, tras la etapa reproductiva, avanza en un proceso característico de envejecimiento celular que culmina con la muerte del organismo. Sin embargo, la Turritopsis dohrnii tiene la facultad de escoger otro camino: revertir su ciclo vital y rejuvenecer.
La secuenciación del genoma de Turritopsis dohrnii, junto con el de su hermana mortal Turritopsis rubra y el uso de herramientas bioinformáticas y de genómica comparativa, han permitido a los investigadores identificar genes amplificados (con un aumento en el número de copias) o con variantes diferenciales características de la ‘medusa inmortal'. Estos genes están asociados con la replicación y la reparación del ADN, la renovación de la población de células madre, la comunicación intercelular y la reducción del ambiente oxidativo de las células. Todos estos factores afectan a procesos que en humanos se han asociado con la longevidad y el envejecimiento saludable. En la Turritopsis dohrnii se han detectado procesos que son necesarios para que células especializadas puedan diferenciarse y ser capaces de convertirse en otros tipos, formando así un nuevo organismo.
En este sentido, Maria Pascual Torner, investigadora postdoctoral del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Oviedo y primera autora del artículo junto con Dido Carrero, señala que «más que existir una clave única de rejuvenecimiento e inmortalidad, los diversos mecanismos encontrados en nuestro trabajo actuarían de forma sinérgica como un todo, orquestando así el proceso para asegurar el éxito de rejuvenecimiento de la ‘medusa inmortal'». Finalmente, Carlos López-Otín indica que «este trabajo no persigue la búsqueda de estrategias para lograr los sueños de inmortalidad humana que algunos anuncian, sino entender las claves y los límites de la fascinante plasticidad celular que permite que algunos organismos sean capaces de viajar atrás en el tiempo».
«De este conocimiento esperamos encontrar mejores respuestas frente a las numerosas enfermedades asociadas al envejecimiento que hoy nos abruman», añade el investigador al respecto. En este estudio, que ha contado con financiación de la Unión Europea y el Ministerio de Ciencia e Innovación, han participado numerosos científicos de la Universidad de Oviedo y de instituciones de investigación del Principado de Asturias.