El agua del mar Mediterráneo roza estos días los 30º, entre 4º y 6º más de lo habitual en esta época del año. Esta circunstancia ha hecho saltar todas las alarmas y algunas personas temen que Mallorca se vea afectada por un 'medicane' o ciclón tropical. El meteorólogo jubilado y colaborador de la Universitat de les Illes Balears (UIB) Agustín Jansà explica que no tiene por qué producirse ya que el hecho de que el agua esté muy caliente en contraste con el aire frío es uno de los requisitos, pero no el único, para que se desarrolle el citado fenómeno. En este sentido, argumenta que los 'medicane' también se dan algunas veces en invierno. Por tanto, podría producirse en las próximas semanas pero pero no tiene por qué.
Además del contraste entre el agua y el aire, para que haya un 'medicane' tiene que haber haber una circulación ciclónica previa, puesto que de lo contrario sería simplemente una borrasca ordinaria. «El agua cálida con el aire frío forma núcleos tormentosos dentro de una circulación ciclónica inicial», precisa. Además, añade que «el aire se calienta por la formación de tormentas que hacen que se identifique el ciclón y que se formen las tormentas; es como una reacción en cadena».
Jansà precisa que la palabra 'medicane' procede del inglés Mediterranean hurricane y significa huracán del Mediterráneo. Se trata de pequeños ciclones que se forman en el mencionado mar, parecidos a los huracanes tropicales, pero no tan potentes. Por lo general, son rachas de viento, que oscilan entre los 100 y los 120 kilómetros por hora, que son más perceptibles si tocan tierra que si se quedan en el mar. Además, pueden venir acompañados de fuertes lluvias.
El citado meteorólogo jubilado no quiere crear alarmismo con este fenómeno y recuerda que en Mallorca ya se han producido algunos, unos tres o cuatro; el más importante el del 2 de octubre de 1986, que causó daños significativos en la feria náutica que se estaba celebrando en Palma en esos momentos; algunos barcos sufrieron desperfectos. En otras ocasiones también se han producido en invierno y se han quedado en el mar, por lo que sus efectos no se han dejado sentir en tierra.