Los partidos de izquierdas en el Consell de Mallorca esperan que esta misma semana se encuentre una solución administrativa para revocar el acuerdo con el Real Mallorca, que se quedará sin el patrocinio de 1,8 millones de euros por mantener el nombre del estadio, pero que seguirá percibiendo financiación del Consell por una vía jurídica indeterminada.
Esa indeterminación es lo que se busca aclarar esta semana. Es el departamento de Transició, Turisme i Esports, en manos de Andreu Serra, quien deberá proponer la fórmula para que el patrocinio turístico se transforme en una ayuda deportiva, que los socios de Més ya han advertido de que debe ser abierta al resto de clubes de la Isla.
El acuerdo que cerraron el pasado jueves los partidos de izquierdas tras una reunión maratoniana establecía que se mantendrá el compromiso adquirido con el Real Mallorca y se ampliará el apoyo del Consell al deporte base y al deporte en general, para lo cual era necesario encontrar esa herramienta legal.
Nueva reunión
En cualquier caso, sea cual sea la fórmula que se idee desde el departamento de Andreu Serra, la única cosa totalmente clara en estos momentos es que será necesario convocar una nueva reunión de la Fundació Mallorca Turisme.
Fue esta entidad quien aprobó el patrocinio en una reunión celebrada el pasado día 10. El acuerdo para dar 1,8 millones de euros al Real Mallorca a cambio de que el campo de fútbol llevara el nombre de Visit Mallorca Estadi se aprobó en esta reunión, con los votos del PSIB y de todos los partidos de la oposición y con el rechazo de los socios de Més y Podemos.
Otra reunión
La fundación deberá reunirse cuanto antes para revocar este acuerdo, lo que implicará que el PSIB dé marcha atrás en su voto afirmativo inicial. Los socios del Pacte tratan se superar ahora el profundo malestar interno que se generó la semana pasada tras la decisión del PSIB de apoyar un patrocinio que los otros dos socios rechazaban. Los representantes de Més llegaron a dar por rotas las negociaciones y el coordinador, Lluís Apesteguia, incluso planteó la necesidad de convocar una asamblea para proponer la salida del gobierno insular.
La tensión entre los socios llega cuando apenas quedan nueve meses para que se convoquen las elecciones autonómicas y municipales. También se produce cuando los partidos de izquierdas deben negociar el Presupuesto de 2023.