El agosto de la fase final de la pandemia ha traído a las Islas Baleares un ingente número de visitantes y turistas, y ello se nota tanto en tierra firme como en el mar. En las últimas horas los conflictos generados por fondear sobre la posidonia, planta marina indispensable para la buena salud de las aguas y playas que esos mismos foráneos tanto visitan, ha acaparado buena parte de la actualidad informativa. Distintos sucesos han acontecido casi a la vez. Al respecto de los mismos, fuentes de la Conselleria de Medi Ambient señalan que la voluntad máxima de las autoridades es «informar a través del Servei de vigilància de posidonia, concienciar a las embarcaciones para que fondeen bien».
Hacer las cosas por el cauce adecuado suele ser el mejor modo de evitarse problemas. El propio departamento de Medi Ambient del Govern ha sido interpelado en las últimas horas, en este caso por un suceso en aguas del este de Mallorca. En el Llevant cristalino atracó el Niko lll, navío que según la plataforma Salvem Portocolom «habría podido pedir boya y pagar», dado que se alquila por una cuantiosa suma semanal. Por contra «prefirió arrasar la posidonia con su gran ancla», lamentan los activistas que piden al ejecutivo balear que no se inhiba en esta situación y tome cartas en el asunto.
En su opinión es especialmente sangrante el hecho de que el barco esté comandado por una tripulación profesional, que bien debe conocer lo valioso de las praderas de posidonia oceánica y las normas que impiden arrojar el ancla en sus inmediaciones. Otras tripulaciones habituales han vivido un rifirrafe con la población local, en este caso en Ibiza, donde en la zona litoral de Porroig numerosas embarcaciones llegan hasta la misma costa para embarcar y desembarcar pasajeros sin descanso. Esos pasajeros provienen en su mayoría de yates exclusivos que aguardan mar adentro, quien sabe si fondeados sobre la posidonia.
Numerosas influencers se dedican a retratarse en las redes sociales de esta guisa en estos días veraniegos, una forma popular de pasar unas vacaciones especiales para los bolsillos que pueden costeárselo. En esta ocasión los bañistas ibicencos se han quejado de que las lanchas no atiendan la necesidad de no invadir el área donde las personas nadan, con el peligro potencial que ello conlleva.
La última llamativa situación proviene de aguas de Menorca y tiene forma de una supuesta denuncia que para algunas voces es más bien un intento de desinformar sobre la tarea de los activistas que trabajan porque la posidonia tenga presente y también futuro. En las redes sociales se difundió un supuesto sabotaje en embarcaciones al sur de la Isla a través de un candado en el que podía leerse el lema SOS Posidonia, precisamente el nombre de una asociación que denuncia regularmente los fondeos ilegales sobre posidonia.
Desde esta entidad se han apresurado a desmarcarse de una acción con la que no se identifican. Asimismo, para algunas personas conocedoras del mar resulta sospechoso que todos los aparejos aparezcan secos en la imagen que se ha difundido en un perfil de Facebook, y desde allí a través de grupos de WhatsApp de forma general. «Nosotros seguimos con nuestro trabajo, que es colgar en las redes los fondeos sobre posidonia, y dejar constancia de la presión náutica y la masificación en el mar» esgrimen, con la esperanza de que alguien tome nota.