Tras un verano de récord, un otoño complicado. Esa es la situación a la que se enfrentarán los baleares a la vuelta de las vacaciones. Los analistas señalan que los ciudadanos están viviendo estos meses con una venda en los ojos, centrados en disfrutar de los días de asueto sin mirar en exceso el gasto. Sin embargo, este año la cuesta de septiembre será más empinada que nunca. Los expertos aseguran que la inflación seguirá disparada, probablemente por encima de los dos dígitos, como ya sucede en estos momentos. Esto hará que la cesta de la compra, la luz y los carburantes sigan por las nubes. Por si esto no fuera suficiente, el BCE ha subido los tipos de interés al 0,5 %, más de lo previsto inicialmente. Esto se traducirá en un encarecimiento de las hipotecas variables, ya que el Euribor está subiendo y ha cerrado el mes de julio en el 0,992 %; su valor más alto en los últimos 10 años.
«Septiembre tiene una cuesta más fuerte que la de enero: los gastos en las vacaciones descontrolados, el material escolar, la ropa y un sinfín de desembolsos que, a pesar de que están cada año, no planificamos. Antes de irse de vacaciones es recomendable hacer un análisis de qué gastos tendremos al volver. No para amargarse, sino para ir más tranquilos y seguros de que a la vuelta todo estará organizado», recomienda la economista y coaching financiera Patricia Caro. Ante esta situación advierte que, «si después de unos años de parón no se ha aprendido la importancia del ahorro y la planificación, seguramente las familias sufran apuros. Todos queremos disfrutar, salir, comer fuera…y está genial para la economía. Pero hay que ser cautos con la finanzas en casa. En los negocios es lo mismo. Un incremento en la facturación no significa el mismo crecimiento en los beneficios. Hay que tener en cuenta la inflación y el encarecimiento del transporte. Los números han de estar controlados y con una planificación de cara a cuando baje la actividad turística».
El Govern descarta la recesión
Pese a todo ello, el Govern descarta que la economía balear vaya a entrar en recesión. El director general de Ocupació, Llorenç Pou, sostiene que para entrar en recesión el Producto Interior Bruto (PIB) tiene que caer y no está previsto; la estimación es que la economía de las Islas crezca un 10 % en 2022 y la española, un 4 %. Pou argumenta que esto se debe a que actualmente hay pleno empleo y el Archipiélago está muy bien posicionado turísticamente; además, se prevé que este año se alargue la temporada turística. Preguntado por cómo pueden afectar la elevada inflación y la crisis energética que padecen los principales países emisores de turistas, como es el caso de Alemania, responde que esto incluso le podría beneficiar puesto que se trata de un destino próximo y los que se prevé que sean más castigados son los lejanos por el encarecimiento de los vuelos.
La presidenta de la CAEB, Carmen Planas, recuerda que los pronósticos de la mayor parte de organismos nacionales e internacionales están revisando a la baja las previsiones de crecimiento y asegura que «la incertidumbre que tenemos, con la inflación, la guerra en Ucrania, etc, es el peor escenario para el empresario, que no sabe bien a qué atenerse con estas variables externas; a las que también añadimos los cambios y vaivenes internos, como la última subida de impuestos». Además, resalta que «el último informe de coyuntura de CAEB señala que la actividad económica de Baleares sigue 9 puntos porcentuales por debajo de 2019. Una situación que, al término de la temporada alta, puede llevarnos a un otoño-invierno especialmente duro».
Luis Garcia Langa, director de Corredordefondos.com, sostiene que «la recesión se podría evitar. Todo dependerá de si la inflación se frena, que debería hacerlo por la bajada de las materias primas, y si los tipos de interés suben a un ritmo normal». No obstante, advierte que «si hay subida fuerte de tipos y la inflación no baja, Baleares no podrá esquivar la recesión por mucho turismo que haya».
Por su parte, Pau A. Monserrat, miembro del CES, profesor de la UIB y economista de FuturFinances.com, comparte que «un escenario de recesión parece lejano, si entendemos que ésta conlleva una caída del PIB. Lo que sí descuentan los expertos es un menor crecimiento de la economía este 2022 y un preocupante frenazo al crecimiento de 2023». En este punto, señala que «a día de hoy los estudiosos descartan una recesión de nuestra economía, pero estiman un crecimiento debilitado que no nos permitirá alcanzar cifras de riqueza prepandémicas hasta bien entrado 2024».
El apunte
Preocupación por la inflación y los tipos de interés
La inflación y la subida de tipos de interés se han convertido en una de las principales amenazas del crecimiento, que ya está causando estrago. El Govern reconoce su preocupación, pero confía en que la conocida como 'excepción Ibérica' permita reducir el precio de la electricidad y dar un alivio a los consumidores. Además, el director general de Ocupació señala que el pleno empleo que se está dando en las Islas permitirá que las familias dispongan de más recursos económicos que durante la pandemia de la COVID-19. De hecho, asegura que la economía de las Islas recuperará los niveles previos a la crisis sanitaria durante este ejercicio, cosa que no ocurrirá en el resto del Estado. A su modo de ver, «los elementos negativos están más que compensados», aunque «continuaremos vigilando estos elementos, que son de tensión, de alerta».
La presidenta de la CAEB advierte que, pese a que la temporada está siendo muy buena y está superando en algunos casos los niveles de una temporada récord como fue la de 2019, «la inflación -situada en el 10,2 en junio y que previsiblemente se mantendrá entorno al 8 % al cierre de este ejercicio- hace que los márgenes se hayan reducido muchísimo; lo que también perjudica gravemente otros de los problemas a los que se están enfrentando los empresarios: la falta de mano de obra especializada. Esta elevada inflación y la consecuente reducción de la rentabilidad pueden acabar afectando al empleo».
Por su parte, Langa declara que los próximos meses «serán complejos en cuanto a inflación porque ya ha subido, ya somos todos más pobres, quien no haya invertido sus ahorros se han depreciado. Los precios no bajarán, de hecho sería malo, pero las subidas tan bestias de inflación no pueden continuar mucho viendo las fuertes caídas de las materias primas energéticas y alimentarias, la bajada del consumo y las subidas de tipos».
Monserrat augura que «nos tenemos que acostumbrar a una larga época inflacionaria. Parece que en 2023 las predicciones apuntan a que se empiece a controlar, pero aún crecerá por encima de valores deseables. Hay que repartir la pobreza que nos ha producido una inflación interanual por encima del 10% en algunos meses y que amenaza cerrar el año por encima del 8%.
Caro avanza que se reducirá el poder adquisitivo de las familias de forma notable. «Se comprará menos, el consumo bajará y se frenará el crecimiento económico. Esto hará que vayamos a entornos con mayor incertidumbre y si no hay ahorros, con una tendencia a ir 'al día'. Yo siempre digo que hay que vivir en el presente con una mirada puesta en el futuro. Y eso para mí es la previsión y planificación, o lo que es lo mismo el ahorro a corto y medio plazo».