Los seis kioscos que hay actualmente en Palma cerrarán sus puertas el próximo 17 de agosto, fecha en la que acaba la concesión de estos espacios. La semana que viene la empresa concesionaria, Nova Área, se reunirá con la regidora Clàudia Costa, para tratar las condiciones de los pliegos para la nueva contrata, aunque la empresa comunicó días atrás a Cort que no ejecutará la prórroga de la concesión al estimar que las actuales condiciones son inasumibles. La concesionaria lleva pidiendo desde 2018 una reducción del canon, que asciende a 90.000 euros anuales, ya que las ventas han caído un 60 por ciento. Desde el Ajuntament están poniendo a punto, y de urgencia, los nuevos pliegos para la nueva conversión. La regidora de Govern Interior i Participació, Clàudia Costa, que acaba de asumir el cargo y recoge el testigo de Alberto Jarabo, ya ha anticipado que el 17 de agosto se cerrarán ya que «se tienen que llevar a cabo unas tareas de puesta a punto de los seis kioscos».
Situados en Plaça Progrès, Plaça des Mercat, La Rambla, Plaça Joan Carles I, Plaça d'Espanya y Porta de Sant Antoni, están en manos de Nova Área desde 2010 y Costa señaló que «una vez que se recuperen las llaves, se llevarán a cabo tareas de limpieza, y se comprobará si cumplen con la normativa de accesibilidad y la instalación eléctrica». Costa señaló que se está planteando que los kioskos amplíen su actividad, con la posibilidad de vender comida y bebidas o instalar un cajero automático, como ya ocurre en Barcelona.
José González, responsable de puntos de venta de Nova Área, señaló que «no podemos continuar con las condiciones actuales de la contrata. El canon actual asciende a 90.000 euros anuales y las ventas han caído un 60 por ciento. Llevamos desde 2018 pidiendo al Ajuntament hablar con ellos y hemos hecho tres auditorías diferentes que muestran el problema». En marzo del año pasado Nova Área presentó a Cort una solicitud de reequilibrio económico-financiero para negociar a la baja el canon por la caída de las ventas. El responsable deNova Área mostró su preocupación ya que el 17 de agosto «ocho trabajadores estarán en la calle sin empleo y aquí lo importante son las personas».