El todavía director general del IB-Salut, Juli Fuster, ha comparecido la mañana de este lunes con una treintena de altos cargos a su espalda escenificando su apoyo, para explicar el motivo de su dimisión que será efectiva a partir de este martes, cuando se publique en el BOIB.
Fuster se va por lo que ha tildado como un «error administrativo», tal y como recoge la sentencia del TSJIB con fecha a 18 de julio, y ha procedido a relatar los hechos. En este sentido ha explicado que el IB-Salut ha desarrollado más de 100 concursos de oposiciones durante su mandato y que «los tribunales de oposición se escogen entre jefes de servicio y otro tipo de responsables, todos ellos con plaza en propiedad, y cuenta con la representación de todas las gerencias», ha dejado claro. «Son soberanos en la toma de decisiones que conciernen a las oposiciones», por lo que en todos los pasos «ni yo, ni ningún miembro del equipo directivo ha participado de ellas». Ahora bien, como director general del IB-Salut, sí que ha firmado las decisiones del tribunal, «sin cuestionarlas».
Juli Fuster alega que ése fue el caso: «firmé, como he firmado todas las resoluciones de todos los tribunales», ha dicho. «No sabía que excluir a este opositor podía beneficiar a mi hija sino, ni yo lo hubiera intentado, ni mi hija lo hubiera consentido». El todavía responsable del IB-Salut se ha defendido explicando que, a diario, puede realizar más de un centenar de firmas electrónicas. Preguntado por si en el documento que le comprometió ponía el nombre de los afectados, ha respondido que sólo en los anexos.
Fue el pasado viernes cuando Ultima Hora publicó la información referente a la sentencia del TSJIB. Aunque la condena es al Govern, el tribunal le reprochaba al director del IB-Salut el no haberse abstenido en un proceso en el que participaba su hija. También ese día llegó la notificación de la Abogacía al IB-Salut.
Fuster asegura que, hasta entonces, no era consciente de que hubiera una demanda y que se enteró el mismo viernes, cuando se encontraba de dos días de vacaciones en un viaje a Asturias.
Una vez conocidos los hechos que contravenían a la Ley del Bon Govern y al código ético aprobado por el Govern del que forma parte, comunicó su intención de dimitir. Cabe recordar que los socios del Pacte también presionaron en esta decisión. «Es pura ley, debería haberlo delegado, si hubiera sido consciente lo hubiera hecho», ha reconocido. «Tenía que haberme quedado al margen, ahora no queda más que respetarlo. En mi caso presento la dimisión porque, aún sin haber participado en las decisiones, firmé las del tribunal».
En su rueda de prensa de despedida ha reconocido haberse sentido «totalmente apoyado por mi equipo y por el Govern. Me voy tranquilo porque IB-Salut queda en buenas manos», ha concluido entre aplausos de su equipo.