Parte del falso techo de la cocina de la residencia de mayores de La Bonanova se derrumbó el pasado sábado y, desde entonces, los trabajadores han tenido que desplazarse a la Llar d'Ancians para cocinar, según confirmaron este lunes fuentes del Institut Mallorquí d'Afers Socials (IMAS), responsable de unos de los centros residenciales más grandes de España, sobre el que se han vertido críticas por una falta habitual de mantenimiento.
Y es que trabajadores y usuarios denuncian también los continuos fallos en los ascensores. De los siete que hay en el centro, tres de ellos están estropeados, según el IMAS, pendientes desde hace dos meses de que llegue una pieza de fábrica para su reparación.
Desde la institución aseguran que son los problemas habituales de una infraestructura que tiene ya cuarenta años y recuerdan que el centro se va reformando por plantas. Si bien ya se inauguró la obra realizada en la novena, ahora estaría pendiente la licitación del octavo piso, así como de la cocina que, si sigue según lo previsto, se rehabilitará el año que viene. Aún así, el sábado ya se llamó a un equipo de emergencia para arreglar los desperfectos.