Ryanair, la compañía aérea irlandesa de bajo coste por excelencia no lo será tanto a corto y medio plazo puesto que ya ha tomado la decisión de incrementar el coste de los billetes por trayecto en 20 euros. La medida responde al aumento progresivo del coste del queroseno, por un lado, que se va a mantener, y a la reducción de la capacidad aérea en el mercado europeo. La country manager de Ryanair para España y Portugal, Elena Cabrera, explicó este martes a Menorca «Es Diari» que cada vez desaparecen más compañías y otras reducen sus funciones con lo que la capacidad aérea se resiente e inevitablemente los precios tienen que subir para dar la cobertura precisa.
En este caso el incremento dejará el precio de los billetes, por trayecto, entre 50 y 60 euros, considerando que la media de su coste actual está situada en 37 euros, en Europa. «Esta subida no quiere decir que no vayamos a ofertar vuelos baratos como siempre», precisa Cabrera. Ryanair seguirá siendo la compañía que tenga los precios más económicos del mercado pero va a sumarse, afirma, a la tendencia generalizada que marca un aumento de tarifas. La compañía tiene asegurado el precio negociado del queroseno hasta marzo de 2023.
El anuncio de este cambio en el coste de los billetes en las compañías low cost ya fue anticipado a principios de mes por el CEO de la compañía irlandesa, Michael O'Leary. Predijo entonces que la era de los vuelos baratos se acerca a su fin y por lo menos no volverá en los próximos cinco años por los crecientes precios del combustible y las facturas de los cargos ambientales. El inminente aumento de los precios, que será paulatino, puede coincidir con una tormenta perfecta debido a la falta de personal en muchos aeropuertos europeos, actualmente al límite de su capacidad, y a la huelga convocada por el personal de cabina en España, o la de controladores en Francia.
Ryanair no vincula la decisión de incrementar precios con las reivindicaciones de sus trabajadores para mejorar sus condiciones. «Nuestro modelo de negocio no afecta al personal, se basa en cuestiones operativas que lo hacen rentable porque conseguimos llenar los aviones», explica Cabrera. La mezcla de estas circunstancias redunda en retrasos y cancelaciones durante la recuperación masiva del turismo que ha desbordado las previsiones de la mayoría de compañías, también de Ryanair. «No es que hayamos errado en las previsiones nosotros y otras compañías, es que costaba predecir lo que iba a suceder tras la COVID-19, más aún con la guerra de Ucrania», lo que ha redundado en la falta de trabajadores.
Por todo ello el mensaje que traslada la empresa en Menorca es pedir «comprensión y tranquilidad» a todos los viajeros». La country manager de España y Portugal sostiene que la gente podrá seguir viajando a buen precio y «todos van a volar pero deberán tener un poco de paciencia porque los retrasos ocurren en toda Europa y la falta de personal no se va a solucionar de un día para otro». Hace extensiva esta petición hacia el personal de tierra de la compañía «porque son nuestra cara visible y los pasajeros deberían tener más empatía con ellos».