El día 28 de junio es un día para no olvidar. Para no olvidar la redada policial que tuvo lugar esa noche en el famoso bar gay Stonewall Inn, en Manhattan (Nueva York), y que terminó con un levantamiento por parte de la comunidad LGTBI. Era 1969 y fue la fecha en que se inició una lucha incansable, a nivel mundial, por los derechos del colectivo. El Día del Orgullo protagonizó ayer en Mallorca una jornada de lucha y reivindicación. Más de 2.000 personas, 1.200 según datos de la Policía Nacional y que recoge la Delegación del Gobierno, participaron en la manifestación que organizó Ben Amics, este año bajo el lema 30 anys de Lluita: Drets i Resiliència que centró su mensaje en la memoria de las primeras activistas LGTBI.
La presidenta de Ben Amics, Tatiana Casado, destacó que «hoy [ayer] es un día para alzar la voz de las personas que ya no están» y reivindicó «una ley estatal trans y la defensa de sus derechos. Por su parte, la consellera d'Igualtat, Mercedes Garrido, reiteró la «fiesta reivindicativa» que es el Orgullo. La marcha comenzó a las 19.00 horas, hora prevista, desde la plaza de España y recorrió las principales calles de Palma. No dejaron de alzar carteles reivindicativos haciendo alusión a noticias que han salpicado el panorama político en las Islas en las últimas semanas:«Soy de pueblo y sé lo que es una lesbiana» o «Part Forana, mirau. Una lesbiana» fueron algunas de las frases más repetidas en alusión a lo que dijo Kristin Hansen, la fundadora de Ella Global Community y organizadora del Palma Pride cancelado sobre que «la gente de campo, que no ha visto nunca a una mujer lesbiana».
«Venimos en representación de la Part Forana», afirmaron Jaume Canet, de Felantix; Tòfol Arbona, de Pina; y Tomeu, de Santanyí. «Y somos pagesos, sí». «Yo hoy quiero reivindicar la visibilidad de las diferentes personas que hay», manifestó Andrés, junto con los jóvenes Bianca y Alejandro, sus primeras veces en el Orgullo. Otro joven, Iñaki Bisellach, estaba contento porque en Balears se ha creado un blog denominada Orgull Crític, que va contra la institucionalización del Orgullo. «Las personas trans todavía continúan estigmatizadas e invisibilizadas», opinó.
Jóvenes
La numerosa presencia de jóvenes protagonizó la manifestación del Orgullo en Palma durante la hora y media de recorrido hasta recalar, finalmente, en Cort al ritmo de la batucada Tambors per la Pau, que amenizó toda la marcha. Sin duda, el panorama que se vivió ayer fue mucho más fresco y vivo que otros años, donde la pandemia quedó en segundo plano. Las calles se inundaron de banderines LGTBI. También fueron muchos los que no se olvidaron de alzar las del colectivo transexual, no binario o pansexual, entre otras. Los abanicos del color del arcoíris acompañaron a los participantes. Otras de las pancartas que marcaron la manifestación fueron «soy maricón y me encanta Jesucristo», letra que se enmarca en la canción Maricón, de Samantha Hudson, o «mi sexualidad no debería ser un debate político».
El recorrido terminó sobre las 20.30 horas en la plaza Cort. Allí se leyó un manifiesto de Ben Amics donde se hizo hincapié en el reconocimiento de las personas LGTBI con políticas reales de inclusión. Sin embargo, el Orgullo continuó con la verbena. Porque el Orgullo no muere, está vivo. Así es como recordaron los manifestantes un día para luchar y alzar la voz.