La galería de retratos de quienes han presidido el Parlament desde que se constituyó en 1983 no serviría, por si sola, para conocer la historia de la Cámara. A la ausencia del retrato de Maria Antònia Munar, de UM (que no llegó a colgarse a raíz de su condena a prisión por casos de corrupción) hay que añadir la ausencia de los retratos de Xelo Huertas y Baltasar, ‘Balti', Picornell; de Podemos. Por motivos diferentes, no han sido encargados ni acompañarán a los nueve (hasta ayer, eran ocho) que ocupan dos de las cuatro paredes de la sala del Senat.
El último cuadro de la galería de retratos de honor es de Margalida Duran (PP), que presidió la Cámara entre 2012 y 2015. El retrato, en que aparece de pie, vestida de rojo y con fondo azul claro (cielo con nubes) es obra del pintor José María Fayos. Este, junto al presidente actual Vicenç Thomàs, el resto de la Mesa, portavoces de los grupos y personas invitadas (entre ellas, la presidenta de los ‘populares', Marga Prohens) asistieron a la breve ceremonia en la que Duran mostró su satisfacción por haber presidido la Cámara, destacó el papel de la institución y agradeció la colaboración que había recibido entonces. El próximo retrato en incorporarse a la sala del Senat será el de Vicenç Thomàs, aunque tendrá que esperar a ser expresidente.
Picornell renunció
¿Por qué la sala del Senat no incluirá los retratos de Huertas y Picornell? Fuentes de la Cámara explicaron que la Mesa decidió no encargar el de la primera «dadas las circunstancias en las que dejó la presidencia». Se referían al hecho de que fue reclamada por su propio partido, Podemos, y que –según estas fuentes– «fue reprobada». Xelo Huertas presidió la Cámara entre 2015 y 2017, y fue relevada por Picornell (también de Podemos), que agotó el mandato. Picornell renunció al cuadro, dijeron este miércoles, algo que ya había insinuado hace tiempo en su cuenta de Twitter. Aunque trece personas han presidido el Parlament, la sala del Senat solo deja constancia de nueve. Entre los retratos sí figura el del socialista Antoni Diéguez que, en 1999, presidió apenas un mes la Cámara en espera de que se cumpliera uno de los compromisos que se habían negociado con UM: que el cargo fuera para Maximiliano Morales.