Las últimas fotos que Ángel Adrover Martínez envió a su madre desde Ucrania mostraban los parajes desoladores que la guerra ha legado. Una mirada de la devastación a través de los ojos del joven mallorquín, con las huellas de la artillería en viviendas, calles y bosques del país. No precisa tampoco en qué lugar exacto del país fueron tomadas, aunque se sabe que Adrover pasó gran parte de sus tres meses en Ucrania trabajando como ingeniero de telecomunicaciones en una base militar de Leópolis, a unos 70 kilómetros de la frontera con Polonia.
«No me quiso decir nunca donde estaba, sólo me habló de la base de Leópolis», explicaba a este rotativo su madre, Dolores Martínez. Cuando se produjo un bombardeo sobre esa ciudad, Adrover volvió a contactar con ella, aunque en esta ocasión no envió fotografías porque no le estaba permitido. El ejército ucraniano no quería difundir ninguna información que pudiera ser interceptada por los rusos. El mallorquín relató a su madre que el resultado de aquel ataque fueron 130 muertos y 48 heridos. El 13 de junio se produjo su última comunicación con Dolores.
Las últimas noticias sobre este joven mallorquín que se alistó en el ejército ucraniano es que no murió víctima del fuego ruso. El Ministerio de Exteriores del Gobierno de España, que a través de su Embajada en Kiev está en contacto permanente con las autoridades ucranianas que llevan el caso, aseguran que las informaciones que les proporcionan desde el país eslavo permiten descartar de plano la muerte en combate.
De hecho, no se tiene conocimiento de si Adrover llegó a formar parte activa de la primera línea de batalla en algún momento durante los cerca de tres meses que pasó allí. La autopsia, en todo caso, determinará las circunstancias exactas del fallecimiento.