La Conselleria de Medi Ambient i Territori, a través del Servei de Protecció d'Espècies y SEO BirdLife, ha delimitado las llamadas Àrees Importants per als Rapinyaires Diürns de les Illes Balears (AIRIB). El catálogo de las AIRIB es una herramienta de carácter técnico y divulgativo, no de protección legal, que aporta información sobre zonas sensibles para las rapaces, tanto en la reproducción como en la migración. Hay que tener en cuenta que todas las rapaces están legalmente protegidas. Así, el objetivo de la iniciativa es que cualquier persona o entidad pública o privada con interés en organizar u ordenar un uso en el medio natural cuente con información concreta sobre las áreas sensibles para las rapaces diurnas de Balears con el fin de no afectarlas durante sus épocas críticas de reproducción y migración. No se trata, por tanto, de una figura de protección específica, si bien muchas de las AIRIB ya están en zonas protegidas.
En total, la Conselleria ha catalogado y delimitado 138 AIRIB de reproducción en Mallorca, 41 en Menorca y 26 en Pitiüses. En total, 205. En cuanto a migración, se han establecido 11 AIRIB en Mallorca, 4 en Menorca y 10 en Pitiüses. En total, 25. De este modo, la suma de AIRIB de reproducción y migración se eleva a 230. En el caso concreto de Mallorca la suma alcanza las 149. Los hábitats de reproducción de rapaces incluyen peñascos tanto costeros como de interior donde nidifican especies rupícolas (que crecen o habitan los roquedales), así como bosques densos donde nidifican especies forestales, sobre todo en pinares. Los hábitats de migración son zonas frecuentadas durante su éxodo tanto en la primavera (más al norte de cada isla) como en el otoño (más al sur). Allí descansan, se alimentan y cogen altura para poder atravesar el mar.
Las AIRIB se enmarcan en el llamado Pla Terrasse de Recuperació, Conservació i Seguiment dels Rapinyaires Diürns de les Balears. Uno de los objetivos del plan es mejorar el conocimiento y la protección de las rapaces migratorias. Por ello, se ha hecho un primer esfuerzo en identificar los hábitats importantes, las rutas relevantes y los lugares de concentración de rapaces migratorias que pasan por Balears. Si bien no es comparable con otros cuellos de botella migratorios, como los estrechos de Gibraltar, Messina (Italia) o el Bósforo (Turquía), ya que el mar es una barrera para muchas aves, Balears registra un paso mínimo de 500 ejemplares anuales de hasta 25 especies distintas. Además, también se observan bandadas de otras aves no rapaces. En Mallorca, el fenómeno congrega ornitólogos locales y visitantes, especialmente en la Talaia d'Albercutx (Pollença) durante la primavera y en el Cap de ses Salines en otoño.
En primavera, la migración se da de marzo a junio –con mayor intensidad desde finales de marzo hasta finales de mayo–, mientras que en otoño abarca desde principios de agosto hasta finales de octubre –con un paso más intenso desde el principio de septiembre hasta mediados de octubre–. Todas estas rapaces están incluidas en el Raptors MoU, un memorando sobre conservación de aves rapaces migratorias en África y Eurasia, promovido por el Convenio de Bonn sobre la conservación de las especies migratorias de animales silvestres, que ha sido suscrito por el Estado español.
Hemos dicho que todas las rapaces están protegidas, pero conviene destacar las especies reproductoras amenazadas: milà (Milvus milvus), en peligro de extinción; àguila coabarrada (Aquila fasciata), en peligro de extinción; voltor (Aegypius monachus), vulnerable; miloca (Neophron percnopterus), vulnerable; y àguila peixatera (Pandion haliaetus), vulnerable. En las migratorias, la Arpella cendrosa (Circus pygargus) también está catalogada como vulnerable.
Así, las AIRIB son una herramienta técnica útil para entidades públicas o privadas interesadas en hacer compatible las actividades en el medio natural con la conservación de las rapaces diurnas, como por ejemplo la Demarcación de Costas, Agents de Medi Ambient, otros servicios de la Conselleria, otras conselleries del Govern, Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil, Institut Balear de la Natura, escaladores y excursionistas, ayuntamientos, consells, entidades conservacionistas u organizadores de actividades en la naturaleza.
La Conselleria ha identificado las actividades que más molestias causan a las rapaces en sus zonas de nidificación o reposo: vuelos de aeronaves a baja altura, uso de drones cerca de las áreas de cría, ruido excesivo a menos de cien metros de los nidos, excursiones de grupos grandes, carreras u otras competiciones deportivas, práctica de escalada, también a menos de cien metros de los nidos, o la contaminación lumínica. Cabe destacar que si nos acercamos en exceso a un nido, sobre todo a una altura por encima de él, es muy probable que las parejas de rapaces huyan y dejen desamparados huevos o polluelos, con riesgo de que sean depredados o mueran por hipotermia si hace mal tiempo.
Para Ivan Ramos, jefe del Servei de Protecció d'Espècies, «las AIRIB son una figura complementaria que ofrece información a todo aquella entidad pública o privada que desarrolla actividades en zonas sensibles de reproducción o migración de rapaces. Con esa información, esas entidades pueden tener más cuidado a la hora de desarrollar sus actividades». Por otro lado, el Govern informó ayer de que ha cedido a la Junta de Andalucía cuatro pollos de milano real que se liberarán en el parque natural de Sierra de Cazorla, Segura y las Villas en el marco del programa de conservación de esta especie rapaz.
El apunte
Sin llegar a los datos históricos, se ha salido de la peor época
A las rapaces les empieza a ir bien en Baleares. No han recuperado sus notables poblaciones históricas, pero están saliendo de su peor época gracias al trabajo conjunto de las autoridades ambientales, las asociaciones conservacionistas, los cazadores, los ganaderos, los propietarios de fincas, las empresas radicadas en áreas naturales y las eléctricas (que protegen sus tendidos contra las electrocuciones de aves) y, en definitiva, a la mayor sensibilización de la sociedad balear. Las rapaces tienen un gran valor ecológico, ya que están ubicadas en las partes más altas de la cadena trófica y aseguran los equilibrios demográficos de las especies que están por debajo. Tradicionalmente, el hombre las ha perseguido, pero las rapaces limpian la carroña, evitan enfermedades y controlan plagas de roedores e insectos. Además, desde hace décadas, son un importante reclamo para el turismo ornitológico.