Las mujeres mayores de 65 años sufren más violencia machista que las jóvenes, pero el problema está más invisibilizado. Además, tienen más dificultades para darse cuenta de que lo padecen e incluso llegan a sentirse culpables. Así lo explicó ayer la jefa de servicio de Atenció Sociosanitària del Institut Mallorquí d'Afers Socials (IMAS), Catalina Coll, tras acabar la mesa redonda Violència de gènere i protecció cap a les dones majors, celebrada en la Universitat de les Illes Balears (UIB).
Otra conclusión a la que se llegó en la mesa es que si estas mujeres no ven una salida, no toman decisiones y la situación que padecen se convierte en una barrera a la hora de denunciar. «Si no tienen a alguien en quien confiar, sobre todo fuera de su entorno, no dicen nada», advirtió Coll. De ahí que sea «importante» que los profesionales sociales sepan detectar estos casos y que se trabaje en red y de manera transversal. «La violencia contra las mujeres mayores se normaliza, incluso entre los hijos, porque igual llevan 20 años viviendo con su agresor», comentó a este diario la jefa de sección de Atenció a les Violències Masclistes del Consell de Mallorca, Rosa Deyà. «Cuando hablamos de violencia, no es solo física, puede ser psicológica, y te puede hacer perder la autoestima», apuntó, y añadió que esto te acaba aislando. Por eso, Deyà ve imprescindible disponer de una «red de apoyo» que incluya desde familiares y amigos a la peluquera, porque a estas edades se suele ir a menudo.
«La gente joven tiene una mirada diferente y la mayoría pueden estar más empoderadas, a diferencia de las personas mayores», explicó la jefa de la sección. Sin embargo, cree que todavía hay mucha gente que no lo ve y por eso considera vital visibilizar un problema importante pese a estar invisibilizado. El 17,5 % de las mujeres asesinadas en Baleares desde 2003 tienen 60 años o más, según los datos del Institut Balear de la Dona. «Hay estudios que nos dicen que todas las mujeres padecen algún tipo de violencia de género, y un alto índice la sufren las que son mayores», reiteró Deyà. «Lo que pasa es que a los servicios de atención psicológica, especializada en mujeres o de atención jurídica el porcentaje de mujeres con más de 65 años que llega es muy bajo».
También destacó la violencia económica que padecen las víctimas de estas edades, que ya no pueden trabajar y dificulta que puedan ser más independientes. Además, son ellas las que se marchan de casa para huir, lamentó Deyà. La mesa redonda formó parte de la XI Jornada Una mirada a la protecció de les persones grans, y también contó con la participación de la directora del Institut Balear de la Dona, Maria Durán; la directora del servicio de Intervenció Social i Gent Gran del Ajuntament de Calvià, Empar Santacreu; y la directora de la cátedra de Atenció a la Dependència i Promoció de l'Autonomia Personal, Carme Orte.