A partir de los 45 años, empezamos a notar dificultades para hacer una vida normal de cerca con nuestra visión. Al principio, observamos estas dificultades en circunstancias no del todo rutinarias, como puede ser leer un prospecto, pero, a medida que avanza el tiempo, se van viendo afectadas labores más cotidianas, como trabajar con el ordenador, cocinar o, incluso, comer. Estas dificultades se producen por el envejecimiento del cristalino, que, pasados los 40, va perdiendo elasticidad y capacidad de enfoque, empezando el proceso de disfunción de esta lente natural del ojo que, finalmente, acaba en la opacidad típica de la catarata. En las clínicas de Miranza, grupo líder en oftalmología en España, dos de ellas en Palma, ofrecen cirugía con implante de lentes que sustituyen a ese cristalino y que reproducen, de alguna forma, esa funcionalidad que tenía el cristalino que se va volviendo disfuncional.
Con la edad, el cristalino del ojo va perdiendo elasticidad, su capacidad de enfoque y empieza su proceso hacia la catarata
El tipo de lente a elegir para substituir al cristalino depende de las características del ojo, pero también de la personalidad del paciente, del tipo de trabajo que desempeña, de sus aficiones, etc., algo que estudian detenidamente los expertos de las clínicas Miranza, antes de plantear una u otra opción.
Según el Dr. Javier Chacártegui, especialista en córnea y cirugía refractiva de Miranza IBO, «la cirugía del cristalino, antes solo enfocada en solucionar la opacidad de la catarata, se ha convertido en una cirugía refractiva, porque ya no sólo quitamos la opacidad de ese cristalino, que ha envejecido, sino que también corregimos los defectos refractivos asociados, hasta donde podamos llegar, a veces quitando las gafas para todos los momentos, y en otros, eliminando la gafa de lejos o la de visión intermedia».
La presbicia
«Además, ya vamos un paso más allá y a cristalinos que todavía no tienen catarata, pero sí la disfunción propia de la presbicia, ya los sustituimos, en muchos casos, por una lente que sea capaz de devolverles esa juventud que tenía el cristalino antes de empezar con la presbicia», explica el Dr. Chacártegui. Por tanto, no es necesario esperar a la catarata para plantease esta cirugía.
Por su parte, el Dr. Emeterio Orduña, también especialista en cirugía refractiva y director médico de los centros de Miranza en Palma de Mallorca (Miranza Passeig Mallorca y Miranza IBO), añade que el aumento de la indicación de la cirugía del cristalino en pacientes se ha dado parejo a las grandes ventajas que aportan los nuevos diseños de lentes intraoculares, (tanto las que sustituyen al cristalino como las que no), «con las que podemos corregir los defectos refractivos previos (como miopía, hipermetropía, astigmatismo o presbicia) y ofrecer una independencia de las gafas cada vez mayor en distintas distancias», precisa
Innovación tecnológica
Asimismo, el procedimiento también ha avanzado y es cada vez menos invasivo, siendo la reducción del tamaño de la incisión por la que se introduce la lente (hasta menos de 1,5 mm) uno de los principales progresos de la cirugía del cristalino para cataratas o presbicia, por el que apuestan las clínicas de Miranza.
En Miranza tratan la disfunción del cristalino incluso antes de que se genere la catarata, yendo un paso más allá
Además de contar con la habilidad de cirujanos con gran experiencia, «la innovación tecnológica -mediante la introducción de microinstrumentos quirúrgicos, láseres de última generación y sistemas inteligentes de guiado por imagen- nos permite lograr una gran precisión y seguridad en los resultados de la operación de cataratas, así como facilitar una recuperación más rápida», concluye la el Dr. Orduña.