El inicio de la temporada alta y la falta de personal se ha convertido en una combinación delicada para muchos restaurantes de la Isla. El frenazo en la actividad que supuso la pandemia marcó un antes y un después traducido en la fuga de trabajadores de temporada que se buscaron la vida en otros lugares no tan dependientes del sector turístico. El emblemático restaurante Las Sirenas, de s'Arenal, es uno de los establecimientos que se ha encontrado con este problema. Actualmente buscan hasta cinco camareros para incorporarse de inmediato.
Desde el restaurante, especializado en paellas y pescado fresco, afirman que «nunca» se habían «encontrado con una situación como esta». A mediados de abril los restauradores de RBC-Mallorca –integrada en PIMEM– ya dieron la voz de alarma, por boca de su presidenta, Eugenia Cusí. «Hay trabajadores que han abandonado la Isla y la incertidumbre y la inestabilidad del sector ha sido clave en su decisión. La restauración era para mucha gente un refugio laboral y ahora, o bien han cambiado de sector o se han ido de la Isla».
Aunque el sector de la restauración es uno de los más afectados por la falta de personal, las dificultades para encontrar trabajadores para la temporada se ha convertido en un problema transversal que afecta a todo el mercado laboral. La carencia de mano de obra es tan aguda que algunos hoteles han iniciado la temporada alta sin haber podido completar sus plantillas, ya de por sí reducidas a estas alturas de la temporada. Es el caso del Pirates Village, en Santa Ponça. que a 24 horas de arrancar la temporada no había conseguido todavía dar con un perfil de conserje de noche.