Mallorca está de moda. Son muchos los extranjeros que cuentan con una segunda residencia en la Isla y cada día son más los que deciden establecerse en esta tierra de forma estable. El mercado inmobiliario ha provocado el auge de muchas industrias complementarias y de multitud de negocios vinculados al lifestyle. Mallorca ha sabido adaptarse a las nuevas demandas y cuenta con una importante oferta adaptada a las exigencias de calidad extrema que demanda el nuevo cliente premium. El Mallorca Real Estate Summit tomó la temperatura al sector en una jornada tan amena como instructiva, que se desarrolló en el hotel Castillo Son Vida y contó con la participación en diferentes mesas redondas de los principales actores involucrados.
Antes, Francisco Albertí, de KPMG, plasmó una imagen exacta del sector inmobiliario en Mallorca y, acto seguido, el prestigioso arquitecto Carlos Lamela mantuvo una interesante charla con Paula Serra, directora de Medios Audiovisuales del Grup Serra y editora de El Económico. El sector inmobiliario y sus industrias adyacentes no viven en un mundo paralelo, aislado de la realidad, sino que todos sin excepción demostraron ayer que están preocupados por el problema de la vivienda en Mallorca. De hecho, hubo coincidencia en señalar que uno de los grandes retos de futuro de la Isla, como de tantos otros lugares, es poder contar con un parque de viviendas asequibles para el residente. Solventar el problema no es sencillo, aunque fueron muchos los participantes en el Mallorca Real Estate Summit que ofrecieron su particular receta.
Hubo coincidencia general en considerar que una de las grandes dificultades es el precio del suelo, al tiempo que se valoraba y reconocía el esfuerzo realizado en los últimos años por el Govern para construir vivienda en alquiler. La realidad es que el problema de la falta de vivienda en Mallorca no se solventará en el corto y medio plazo con la construcción de vivienda social. Es imprescindible reformar la normativa vigente para hacerla más flexible, además de incentivar la colaboración público-privada para abordar el problema. Las competencias urbanísticas están muy repartidas, pero los ayuntamientos pueden incidir directamente en edificabilidad, densidad, alturas... Y hoy ya es evidente, como también quedó claro en la jornada, que el modelo de Benidorm –con edificios de gran altura– es mucho más sostenible que la diseminación.
El Govern es consciente de que la colaboración con el sector privado es fundamental y que incentivar la construcción de vivienda de protección oficial es prioritario. En este sentido, el conseller de Mobilitat i Habitatge Josep Marí anunció que se ha llegado a un acuerdo con los constructores para actualizar el precio máximo de la vivienda de protección oficial de iniciativa privada. Y Palma está previsto que apruebe en los primeros meses de 2023 su nuevo PGOU. ¡Será para bien! Seguro.