Los 210 niños, de entre 6 y 12 años, que anoche se encontraban en el campamento de La Victoria, uno de los más conocidos de la Isla, fueron evacuados por la Policía Local de Alcúdia de manera preventiva: la tormenta se acercaba rápidamente y la integridad de los menores corría peligro. Al final, la operación se completó con éxito y los pequeños, guiados por sus profesores y monitores, y bajo la supervisión policial, fueron recolocados en el polideportivo municipal.
Con la alerta amarilla, y cuando anochecía, los agentes municipales y la alcaldesa, Bàrbara Rebasa, decidieron que lo más prudente era desalojar a los menores, porque a las tres de la madrugada estaba previsto que cayera un diluvio en aquel paraje. El operativo que se organizó fue, desde el punto de vista logístico, complejo, ya que se movilizaron coches de la Policía Local, de la Guardia Civil, de Protección Civil, de los servicios de emergencias y también particulares, para sacar a los dos centenares de menores de La Victoria. A una velocidad lenta para evitar accidentes.
Y tratando, en todo momento, de quitarle importancia delante de los niños y niñas, para que no se preocuparan. Finalmente, la comitiva llegó al polideportivo municipal y los menores pasaron la noche en aquellas instalaciones, a salvo de las lluvias torrenciales. De hecho, cuando descargó con fuerza, todos los evacuados estaban ya a salvo y nadie resultó herido. «Lo importante es que se lo han tomado como una fiesta, no ha habido pánico», relató, satisfecho, uno de los miembros del operativo de rescate.