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Los traumatólogos de Son Llàtzer renuncian a hacer horas extra hasta que cambie la dirección del hospital

Exigen responsabilidades al equipo directivo que gestionó el cese de su jefe de servicio, el doctor José María Rapariz

Francesc Marí es el gerente del hospital Son Llàtzer. | Teresa Ayuga

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Los traumatólogos del hospital Son Llàtzer exigen responsabilidades al equipo directivo que gestionó el cese de su jefe de servicio, el doctor José María Rapariz, pues «no ha sido capaz de manejar esta situación desde un punto de vista profesional y humano», señalan. Por otra parte, hasta que no se produzca un cambio en la dirección, anuncian que renuncian a realizar horas extra por la tarde. En una declaración escrita, por acuerdo unánime de todos los compañeros de servicio, se advierte que «no podemos consentir el linchamiento público a que ha sido sometido estos últimos días» el doctor Rapariz.

Explican que el gerente del hospital, Francesc Marí, se comunicó por correo electrónico con todos los facultativos del centro hospitalario expresando su profundo malestar ante las informaciones publicadas en los medios de comunicación y desmintiendo que los cambios en la jefatura del servicio estén relacionados con la actividad extraordinaria. Sin embargo, también recuerdan que ese mismo día, Marí confirmaba a la prensa que la falta de confianza en el doctor cesado estaba relacionada con la forma de aliviar las listas de espera de los pacientes del servicio.

En la misiva tilda de «daño irreparable en el derecho al honor» que el cese del doctor Rapariz se haya vinculado a presuntas irregularidades, «al provocar un indudable desmerecimiento en la consideración social e individual de su persona». Los facultativos de Traumatología señalan a la Gerencia, la Dirección Médica y la Subdirección de Atención GHospitalaria como principales responsables de los hechos por su gestión de la información, más allá de su potestad para nombrar o revocar determinados cargos, ha sido la principal responsable del alcance que han tenido los hechos.

Por último exponen que, más allá del cese del jefe de servicio en unas difíciles circunstancias, la sobrecarga asistencial, listas de espera en máximos históricos, un año y medio de quirófanos cerrados o la escasez de profesionales «deja al servicio en unas condiciones en las que difícilmente va a poder garantizar la calidad asistencial de la que siempre hemos hecho gala». Aún así «intentaremos garantizar la continuidad asistencial del servicio como hemos hecho hasta ahora, pero entendemos que no debemos seguir realizando turnos extraordinarios de tarde hasta tener un equipo directivo en el que confiar».

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