El excomisario europeo de Economía Joaquín Almunia (PSOE) y el exministro de Asuntos Exteriores José Manuel García-Margallo (PP) creen que la guerra de Ucrania será larga y que la capacidad de presión de la Unión Europea está limitada por la dependencia del gas ruso de la principal economía del continente, Alemania. Los dos políticos han coincidido en este punto de su análisis sobre el futuro de España y Europa, el tema sobre el que han disertado en una comida-coloquio organizada en un hotel de Mallorca por Cajamar. García-Margallo ha señalado que el conflicto armado provocado por la invasión rusa de Ucrania es uno de los factores de incertidumbre para la economía española cuando aún colea la crisis de la pandemia de la COVID-19 y se prepara un escenario de reducción de estímulos y contención del gasto público. «La previsión es que entramos en una guerra larga» porque la fase inicial se salda con «un fracaso» para el presidente ruso, Vladímir Putin, que podría adoptar ahora la táctica de «ir centímetro a centímetro, caiga quien caiga», ha sostenido.
Las sanciones con las que la Unión Europea ha presionado hasta ahora son «pólvora menor», ha apuntado el exministro, que ha señalado el contraste entre los 1.000 millones de euros de ayuda europea a Ucrania y los 51.000 millones pagados por el gas ruso. A juicio de García-Margallo esta situación no podrá cambiar a corto plazo: «No creo que se pueda cortar el gas, los alemanes no se lo pueden permitir». Almunia también a resaltado el «nivel de dependencia altísimo» de la economía alemana y de otros países centroeuropeos respecto al gas natural proveniente de Rusia.
El excomisario ha puesto el acento en que el impacto más relevante de esta «terrorífica» guerra lo sufre el pueblo de Ucrania y también ve «muy difícil imaginar que pueda acabar en las próximas semanas». «Putin tiene que justificar por qué lanzó la guerra ante su opinión pública, a la que tiene atenazada», y justificar «las muertes de soldados rusos y las consecuencias de las sanciones», lo que hace prever «una guerra de resistencia, larga», ha explicado Almunia. Más allá de las víctimas directas, el conjunto de Europa también paga las consecuencias de la guerra «en términos de inflación, de subida de precios que afecta a los sectores más débiles», ha incidido el político socialista. Almunia considera que la integración de la Unión Europea debe acentuarse también en materia de defensa para dar respuesta a las amenazas que puedan presentarse en el futuro.