Era uno de los días más esperados, el de la vuelta al colegio sin tener que llevar la mascarilla dentro de la clase. Y así ha sido el regreso de las vacaciones de Semana Santa: caras descubiertas, lenguas fuera en tono de burla, sonrisas puestas y la felicidad de volverse a ver tal y como se conocían antes de la pandemia, o quizás un poco diferentes.
«Está bien que las hayan quitado, los niños ya estaban cansados, llevamos más de dos años y ahora seguimos pero con las otras medidas… Se ponen gel al entrar, las ventanas siguen abiertas y los profesores debemos de seguir llevándolas en reuniones o en el claustro», explica Maria Antònia Pons, la directora de Primaria del colegio Arcàngel Sant Rafel, de Palma
Dentro de las aulas todavía se ha visto alguna mascarilla entre aquellos que son más reticentes a quitársela. «Yo prefiero llevarla, me noto más segura y ya estaba acostumbrada», explica Azahara Llompart. El sentir más generalizado, sin embargo, es que este lunes «es un día especial porque nos volvemos a ver las caras», añade a su lado, Maria Cárdeno. Además, «ahora estaremos mucho mejor porque empieza a hacer calor», concluye Aina Vidal, todas ellas de sexto de primaria. Y si en su clase todavía se veían algunas mascarillas, pero en la de Tercero la retirada ha sido unánime. «Yo me siento libre», señala Arturo Ramírez, representando a muchos de sus compañeros. «Estoy más contenta de no tener que llevarla… Y así entiendo mejor a mis amigos», advierte Eva Morcillo, en un nuevo día de avance hacia la normalidad.
Retirar la mascarilla dentro de las aulas era una de las medidas solicitadas por las sociedades pediátricas de toda España. Cómo se recordará enviaron un comunicado para que se hiciera efectiva ya a finales de febrero considerando que llevar la mascarilla en el colegio era más perjudicial que no preventivo en esta etapa vital. El próximo mes de mayo se cumplirán dos años desde que se decretará el uso obligatorio de las mascarillas este es el segundo curso en el que los niños debían llevarla. Los expertos han detectado problemas en el desarrollo emocional y del lenguaje de algunos niños por el uso continuado de mascarillas en su entorno, si bien no ha sido generalizado.