Casi 11.000 personas de Baleares en situación de dependencia, en concreto 10.909, se benefician a día de hoy del servicio gratuito de teleasistencia que presta la Conselleria de Asuntos Sociales y Deportes a través de dos conciertos con la entidad Atienza y la Cruz Roja. Se trata de un servicio, puesto en marcha en Baleares en 2017, del que disponen los usuarios una vez que son valorados como dependientes. «Es como un seguro de coche, me gusta tenerlo, pero prefiero no emplearlo», ha explicado a Efe una de las usuarias de este servicio que le permite realizar sus actividades diarias con la seguridad de que será atendida con tan solo pulsar el botón rojo de emergencia.
La conselleria destina cada año 1,6 millones de euros para atender los costes este servicio, han informado desde este departamento autonómico. La teleasistencia permite a los usuarios mantenerse conectados las 24 horas del día a un servicio de atención permanente, equipado por profesionales sanitarios y medios técnicos. Este dispositivo, conectado a una central de atención, permite a las personas seguir haciendo sus actividades ordinarias, como salir a caminar, que en otro contexto no podría seguir realizando, con la seguridad que les proporciona estar localizadas si necesitaran ayuda. La seguridad y la compañía son, en este orden, lo que más valoran los usuarios. El reparto de los aparatos de teleasistencia se aceleró a raíz de la pandemia de la COVID-19 y el confinamiento de 2020 con el objetivo de dar cobertura y hacer un seguimiento de las personas mayores con dependencia que viven en su hogar.
En cuanto al perfil de los usuarios de este servicio público, se trata de personas con dependencia que residen en su hogar, solas o con familia. Principalmente son mujeres (el 69 %) con una media de edad de 81 años. El grupo de edad donde se concentra el mayor número de personas usuarias es el de 81 a 90 años (un 47 %). Las personas menores de 65 años representan un 10 % y las mayores de 90 años un 15 %. Este servicio se puso en marcha a mediados de 2017. El 49 % de las personas usuarias viven solas y el 51 %, acompañadas. Este dispositivo cuenta con geolocalización y, tal y como explican los propios usuarios, les ofrece seguridad ante cualquier situación adversa. Ganan en autonomía y libertad y ofrece tranquilidad a las familias ante cualquier emergencia. La mayoría de las veces es el propio servicio el que contacta con las personas mayores para saber cómo están.
Son llamadas de seguimiento que durante el año 2020, en plena pandemia, se multiplicaron y superaron las 180.000 en Baleares, unas 15.000 mensuales. Además de por motivos de emergencias, los usuarios suelen contactar para simplemente saludar y comprobar que el aparato instalado en casa funciona correctamente, o para pedir información y apoyo para realizar alguna gestión. Disponer de este servicio y llevar el mando de emergencia consigo permite a Toni, que vive en la Part Forana y lleva un marcapasos, pasear por el campo, como le ha recomendado el médico. Para su familia supone que él gana en «autonomía y libertad» porque puede continuar haciendo lo que le gusta, mientras que sus seres queridos tienen «tranquilidad».