El Bisbat de Mallorca ha acogido este lunes la presentación de los actos de Semana Santa que devolverá a las calles a los cerca de 10.000 cofrades de Mallorca, tras dos años sin salir a causa de la pandemia por COVID-19. La principal novedad es el cambio en el recorrido de la procesión del Jueves Santo que este año será más larga y más ancha, en parte para mantener mejor las medidas sanitarias y en parte por las obras que afectan a la calle Oms, por donde se subía hasta la Seu. En esta ocasión se bajará la cuesta del Hospital General y se irá por la Rambla, calle Unió, Jaume III, Passeig Mallorca, calle Cerdenya y Bisbe Campins hasta volver de nuevo a la Sang.
Los demás recorridos apenas sufrirán modificaciones. Cabe destacar el punto de encuentro del Domingo de Ramos que se modifica. Pasa de ser Santa Magdalena a la plaza Joan Carles I, una decisión que se hace para evitar el paso por la estrecha calle de Sant Jaume. Por otra parte en esta ocasión no habrá sillas para seguir los recorridos.
La portavoz de la junta gestora de las asociaciones de las 33 cofradías de Palma, Marisa Pérez, explicó que más allá de estos cambios apenas se harían modificaciones, si bien pidió que todo el mundo siguiera las medidas sanitarias, ya que todavía hay pandemia. Los cofrades que vayan tapados no necesitan mascarilla pero sí es obligatoria para el resto, por ejemplo.
Volver a salir en procesión tras dos años se afronta con «ansia y motivación», ha añadido la representante de las cofradías de Manacor, María Sansó. En este municipio apenas habrá cambios más allá de que salga a las calles el paso de la Piedad, ya restaurado.
Uno de los municipios en que habrá una notable modificación respecto a la última vez que se celebraron las procesiones es en Pollença donde la procesión de Jueves Santo cambia su itinerario y, si hasta ahora recorría las diferentes iglesias, ahora saldrá de la parroquia y subirá al Calavari.