«Un mundo libre, sin guerra y en paz». El colegio Sant Francesc de Palma reunió este viernes a unos 900 alumnos, desde Infantil hasta Bachillerato, en la plaza Sant Francesc en un emotivo acto en solidaridad con el pueblo ucraniano que sufre los estragos de una guerra que no cesa. La jornada comenzó a media mañana con el profesor Xavi Uriz, quien compartió unas reflexiones con los estudiantes antes de comenzar la programación del acto. En su manifiesto mostró el compromiso del centro en la «doble causa por la paz» y recordó los desplazamientos de «miles de personas» que huyen para protegerse del conflicto bélico. Además, recordó la Declaración de los Derechos Humanos como un símbolo de respeto «hacia cualquier persona».
En la plegaria de paz del papa Francisco, compartida por parte del franciscano Fernando, se hizo mención a que «donde esté Dios, hay paz. Hoy pedimos esto para Ucrania». Enseguida, los alumnos Nuria Carreras y Arturo Carvallo de segundo de Bachillerato fueron los encargados de compartir, desde el balcón del centro, el manifiesto por la paz que prepararon con otros alumnos de su curso.
«Tenemos una compañera ucraniana en clase y tiene familia en Ucrania. Nos cuenta que lo están pasando mal», dijeron. Por ello, en el manifiesto recordaron a los estudiantes que han tenido que abandonar los centros educativos para «buscar un lugar donde refugiarse. Por lo tanto, paz es lo que queremos». Mientras cantaban canciones como Jo vull ser, Senyor o Los niños queremos la paz, los alumnos, sentados en la plaza, crearon una imagen sonriente con papel.
Palomas
Antes de clausurar el acto, un alumno en representación a cada curso de la ESO y de primero de Bachillerato salieron al balcón a compartir una plegaria de paz en diversos idiomas. Mientras tanto, los más pequeños sostenían en sus manos símbolos blancos. Y así la plaza de Sant Francesc se inundó con mensajes de paz, el propósito de esta jornada. Para finalizar el programa, todos los estudiantes cantaron el himno del colegio de Sant Francesc y a su vez los profesores soltaron desde el balcón tres palomas en alusión a la paz, como un símbolo de amor y libertad para el pueblo ucraniano. «No queremos un mundo donde nos preocupemos por vivir un día más».