En el año 2010 Xi Jinping, el actual presidente de China, visitó unos días Mallorca, era el año en el que aún solo era vicepresidente y se hospedó en el hotel Valparaíso de Palma, hotel comprado por una cadena hotelera China con unas inmejorables vistas de la bahía de Palma. La escultura del artista mallorquín Tinus Castañer, exesposo de la también pintora Katy Bonnin, escultura con los brazos en alto, fue el monumento que vio y le dio la bienvenida como solemos recibir los mallorquines a los visitantes extranjeros, pues nuestra economía vive de ellos, del Turismo y su industria. Para tan corta ocasión estuvieron presentes la ministra de exteriores Trinidad Jiménez y la entonces alcaldesa de Palma Aina Calvo junto a otras personalidades. El vicepresidente venía de un viaje a Angola ,e hizo escala en nuestra roqueta. Tuvo tiempo de visitar el castillo de Bellver.
No sé qué debió pensar de Mallorca el mandatario chino, pues desde ese punto de vista de la bahía, se puede colocar una buena batería de misiles dispuestos a destrozar los portaviones norteamericanos en caso de conflicto armado a escala global, como todo apunta nos dirigimos si no surge el entendimiento y el buen juicio entre las partes en litigio, esto es, EEUU, la UE, Rusia y, por ende, China como fiel aliado de Putin. Jamás hubiera pensado nuestro ilustre visitante entrar en una guerra Mundial contemplando el azul del mar Mediterráneo, sus bosques de pino cercanos a Bellver y nuestra amabilidad. Fueron los días en que tuvimos al enemigo en casa, pues Putin jamás ha pisado nuestra isla y, en cambio, si el jerarca chino.
La infancia de Xi Jinping es digna de una novela de Charles Dickens o de Boris Pasternak. Una infancia que, para bien o para mal, forjó el carácter de este hombre que empezó su vida bajo la tutela de sus padres pero que, éstos, cayeron en desgracia por motivos políticos como si de apestados se tratara. El joven Xi Jinping acabó viviendo en una cueva y siendo alimentado por la caridad de los vecinos que se iba encontrando en el camino. Son unos años oscuros de los que poco, o nada, se sabe dada la férrea censura en la China actual y, también, tras la caída en desgracia de los miembros del clan de Mao Zidong, más conocido como Mao Tse Tung.
Bajo estas dramáticas circunstancias, Xi Jinping se puso a trabajar en trabajos menores hasta su obligado ingreso en los centros de reeducación comunistas de la época. Supo, de forma instintiva, que para sobrevivir debía ser un perro fiel a la doctrina comunista y, de la noche a la mañana, se reconvirtió de rapaz callejero a líder de su grupo de estudiantes. Estudió ingeniería química y también en la academia militar del Comunismo Popular. Imaginad a este hombre, cuyos padres habían sido encarcelados, que por motivos de supervivencia se hizo más comunista que el propio Mao. En esas su carácter se tornó frío, con tintes psicopáticos y de una crueldad extrema. Así, con esa actitud, y pasando posteriormente por el ejército, su talante déspota le hizo escalar diferentes modos de medrar hasta llegar al cargo de la vicepresidencia del imperio chino. Más tarde, tras su grandes dotes de adaptación y fuerza de voluntad, acabó siendo presidente de la República Comunista Populares China. Máximo cargo que le ha convertido en una especie de semi Dios.
Para aquellos que no entienden de geopolítica, les diré que, tanto ser ruso como chino, nada tiene que ver con el modo de pensar occidental. Rusia y China están más cerca de Oriente que de nuestra historia, incluida la norteamericana. Si nosotros manejamos la economía desde un punto de vista liberal, capitalista y tendente a hacer de nuestros ciudadanos simples esclavos del trabajo y con el patrón petrodólar en mente, Rusia y China poseen otro tipo de ideología trans económica difícil de entender para nuestra clase media y obrera. De ahí que ni EEUU ni la UE puedan entender esta filosofía de vida y sus consecuencias. Biden salió de su entrevista con Xi Jinping, tal y como había venido, sin ningún punto de conexión en común. Toda esta charla entre el presidente norteamericano y el dirigente chino está protegida por un profundo silencio. China piensa seguir apoyando a Putin en Ucrania pues entiende que el gobierno norteamericano no es de fiar, que Rusia ya no está en la decadencia de la era Gorbachov y Yeltsin tras la caída de la Unión Soviética, que Estados Unidos no admitiría misiles en sus fronteras entre Canadá y México apuntando a ciudades norteamericanas. ¿Qué es lo que no quiere entender de todo esto Biden? Además, fue EEUU la única nación que ha lanzado bombas atómicas en ciudades japonesas como Hiroshima y Nagasaki... ¿han de esperar algo bueno Putin y Xi Jinping de la política del Pentágono con tales antecedentes?
Los medios de prensa y televisión, desde la CNN a el New York Times, nos dicen que Putin creía que una guerra relámpago en Ucrania bastaría para doblegar a un pueblo acostumbrado al sacrificio, pero mienten al igual mintieron diciendo que había armas de destrucción masivas, o que Gadaffi era un tirano sanguinario y por eso se inventaron las primaveras de colores... América siempre ha perdido todas sus guerras, incluido el falso axioma de que entraron ellos primero para liberar al pueblo alemán de Hitler, cuando fue el ejército soviético quienes entraron primero en Berlín y pusieron la bandera roja en el Reistag. Perdieron en Vietnam, en Corea, en Afganistán, en Irak y así ad infinitum. EEUU necesita el dólar vuelva a ser la moneda con más fuerza en los mercados, no los euros. Crean guerras ficticias para enriquecer al lobby de la venta de armas y crean estados fallidos como Libia. Además, para China y Rusia, los valores humanos no son los que defienden estas naciones. Nos ven como esclavos pervertidos por el sexo, la falta de valores éticos, la falta de amor a las naciones donde, el patrón oro es su única moneda de cambio. Nos quieren hacer creer que el ejército rojo no es tan letal como nos prometía Putin, pero se equivocan. Con las nuevas armas que posee Rusia, Ucrania en un día sería borrada del mapa si Putin quisiera. Es una forma de ir doblegando la confianza en sí mismos de los ucranianos a los que ,quienes empezaron esta guerra, dejaron tirados a su suerte con tal de desprestigiar a Putin. Quieren acabar con Rusia pues EEUU necesita expandir su imperio. Y os voy a poner un simple y jocoso ejemplo de las diferencias culturales entre Estados Unidos y Rusia. Para nosotros es un drama, una tragedia la cadena McDonald's haya cerrado todos sus concesionarios en Moscú y San Petersburgo, pero la cultura del usar y tirar de occidente, al serles negadas las Big Maca los rusos, harán que la dieta alimenticia de los éstos sea más sana.
China espera su momento, después de Ucrania vendrá la recuperación de Taiwán por parte del imperio del Sol Naciente. Y de ahí al nuevo Orden Mundial hay solo un paso. Pero mientras, estaremos en manos de quienes aprietan los botones nucleares. Nos esperan años de infinitas sorpresas.... espero podamos sobrevivir a ello.