A Carmen Planas le entra morriña cuando habla de su etapa en la sanidad privada. Asegura que regresaría a esa vida sin dudarlo, pero lo que le espera ahora es renovar su cargo como presidenta de la CAEB tras ocho años poniendo cara y voz a los empresarios de las Islas. Planas será reelegida el próximo jueves en asamblea después de confirmarse como la única candidata a la presidencia de la patronal.
¿Qué consejo le daría a la Carmen Planas de 2014 que tenía ocho años de presidencia de CAEB por delante?
— Es difícil decir una sola cosa porque cada día aprendes algo nuevo. Al llegar no tenía ni idea porque venía del mundo sanitario y para mí fue un cambio radical. Si me preguntaras con qué época me quedaría te diría que con la del hospital porque aquí tienes muchas más tensiones, más problemas. Ahí era todo más humano y aquí es más frío. En realidad, si me preguntaran qué quiero hacer yo volvería a nacer.
¿Para sacar rendimiento a la experiencia que tiene ahora?
— No, volvería a empezar de cero porque tengo un buen recuerdo de mi infancia, de mi época de estudiante, de cuando empecé a trabajar... Pienso que ya he vivido mucho más de lo que me queda por vivir, que es lo que decía Felipe González el otro día. Yo pienso igual que él.
¿En qué medida se ha recuperado el tejido empresarial una vez superada (o casi) la pandemia?
— Se está empezando a recuperar. Somos la autonomía donde más se ha sufrido y ha bajado el PIB y también somos los que más nos estamos recuperando ahora. Creíamos que nos recuperaríamos del todo a lo largo de 2022 o 2023 pero con todo lo que está pasando con la guerra: la inflación por las nubes, el encarecimiento de combustibles y suministros... No creo que la recuperación total llegue antes de 2024.
¿La crisis que viene ahora es peor?
— Sí porque hay más incertidumbre. Aparte de toda la escasez de suministros está el encarecimiento de la energía. Antoni Riera decía que si la inflación sigue subiendo y pasa de coyuntural a estructural puede ser más difícil la recuperación. Con la pandemia se murió mucha gente pero conseguimos la vacuna en un año. Aquí realmente no sabemos qué va a pasar.
¿Cuántas empresas se llevó la COVID?
— Datos exactos no tengo. Se cerraron bastantes empresas pero también se están creando nuevas pese a todo.
¿Se aprendió algo con la COVID? ¿Somos ahora empresarial y económicamente más resilientes?
— Creo que hemos aprendido mucho, sobre todo a saber resistir, aunque hay empresas que no podrán hacerlo ahora. Lo más perjudicial es la incertidumbre porque a la hora de emprender proyectos nuevos la gente se lo piensa dos veces. Los ERTE y todos los mecanismos de cobertura que se activaron fueron muy importantes. Ahora hay empresas que con lo que está pasando con el coste del gas y la electricidad están volviendo a incorporar trabajadores a los ERTE.
¿Cómo valora el papel de la sanidad privada durante la pandemia?
— El sector privado ha ido muy estrechamente de la mano con la sanidad pública porque teníamos muchos enfermos: las UCI estaban saturadas y el sector privado ayudó a descongestionarlas. Se consiguió que la gente estuviera atendida y que no hubiera tantos fallecidos. Balears tiene casi un 30 % de población que tiene seguro privado y eso hace que la sanidad pública, que ya tiene lista de espera, no esté colapsada. También pedimos que nos dejaran vacunar a nuestros trabajadores porque creíamos que era un sistema mucho más ágil; a lo mejor en dos días los habríamos vacunado a todos y no se habrían tenido que desplazar. No llegamos a un acuerdo, pero sí con la realización de pruebas por ejemplo.
¿Qué sectores están sufriendo más con la escalada de precios?
— Están sufriendo todos pero especialmente los que más dependen del suministro de energía, como la industria o el transporte. Y hay que pensar que también se está encareciendo todo. La cesta de la compra ya está subiendo.
¿Qué medidas paliativas se pueden aplicar?
— Es el momento de que la Administración tenga en cuenta lo que han sufrido las empresas, que no aumente la presión fiscal y que haya seguridad jurídica. Para que haya inversiones estas premisas son fundamentales. La presión fiscal en España ya es altísima; si se aumentan también los costes va a haber muchas empresas que no lo van a poder aguantar.
¿Hay suficiente diálogo a día de hoy con el Govern?
— Ha habido y hay diálogo pero a veces nos interesaría que las medidas fueran más proempresarios y se tuviera más en cuenta nuestra realidad. En ocasiones se ha llegado a acuerdos que han sido más ventajosos para unas empresas que para otras, aunque eso pasa siempre. Pero diálogo ha habido siempre y ha sido fundamental.
¿También con la ley turística?
— Ha sido complicado. Como CAEB no hemos participado directamente porque lo hicieron las propias federaciones hoteleras. Los defendemos como asociados nuestros pero la negociación era cosa suya. Nos sorprendió el bloqueo de plazas turísticas y no estamos de acuerdo porque afecta a muchos sectores y asociados. La moratoria hará que no haya más inversión ni más actividad económica y eso al final repercute en los sueldos y el bienestar de los ciudadanos.
¿Es viable tener a todos los fijos discontinuos recolocados en abril?
— Si no tienes actividad no puedes incorporar a gente, aunque ahora en Semana Santa los hoteles dicen que va a abrir un 80 %. Eso ayudará a ir incorporando a los fijos discontinuos, no sé si a todos para abril. Somos la comunidad donde más ha descendido el paro y muchos contratos han pasado de temporales a indefinidos. Creo que tendremos una buena temporada. Además, mucha gente ha ahorrado estos dos últimos años y por poco que puedan harán el esfuerzo por venir.
El Govern enarbola esos mismos datos que mencionaba agradeciéndoselos a la reforma laboral, pero no es la reforma que ustedes querían...
— No, no es la reforma laboral que habríamos querido. La valoramos positivamente y también el esfuerzo en llegar a un acuerdo. Ha sido muy duro de alcanzar y se llegó a un acuerdo que es como una consolidación de la reforma del PP en 2012. Ha habido cosas que se han cambiado: contratos de prácticas, los contratos indefinidos... El despido, por contra, no lo han tocado porque se ha quedado en los mismos días. Al final no ha sido tan mala pero no es la que nosotros habríamos querido.
¿Se puede resucitar la industria?
— Es difícil porque aquí nunca tuvimos mucha industria, nos queda la náutica -muy importante-, un poco de bisutería... Pero por ejemplo las nueva tecnologías se pueden potenciar. La gente se tiene que formar.
Hay una demanda de vivienda brutal, pero parece que a los promotores les sale más a cuenta construir unifamiliares para ricos.
— Los constructores se quejan de que falta espacio y de que los permisos tardan muchísimo, la burocracia es lentísima. Las licencias se demoran años. Deberían hacer otra distribución del suelo para que se pudieran elevar alturas en según qué calles. Alguien me decía ayer que este verano no habrá camareros porque no encuentran personal. Hay un problema gordo con la vivienda aquí porque es muy cara.
El apunte
«El Govern se abrió a cambiar las condiciones para la licitación de los centros de salud»
La licitación en un solo lote de los nuevos centros de salud suscitó las quejas de las patronales y hasta un recurso de PIMEM que ha paralizado el proceso. Planas, no obstante, asegura que el Govern estaba abierto a revisar las condiciones. «Se han presentado muy pocas empresas porque las condiciones eran muy difíciles de asumir por las empresas pequeñas de las Islas. Dialogamos con ellos para mejorar las condiciones y ellos estaban abiertos a hacer esos cambios pero con el recurso en marcha ya no se puede».