Antoni Barceló se muestra molesto por la estrategia del Govern de intentar confundir a la opinión pública con el decrecimiento del alquiler turístico vacacional que recoge el decreto ley turístico aprobado el pasado viernes por el Govern y poner en tela de juicio la opinión de la patronal de alquiler turístico vacacional Habtur sobre esta cuestión.
¿Cómo valora las críticas de la Conselleria de Turisme?
— No nos sorprenden mucho porque la actitud de la Conselleria de Turisme es siempre de no favorecernos y busca defenderse. Al final un mentiroso se cree que todo el mundo son de su condición.
¿Qué objetivo se han marcado?
— Que rectifiquen el decreto ley y que nos tengan en cuenta. Está claro que la oposición y la protesta que hemos hecho les ha obligado a hablar con nosotros por estar nerviosos. Hay que solventar una situación injusta que viene creada desde 2017 y que el Govern tenía encima de la mesa desde hace dos años y medio. Ahora, la nueva regulación nos perjudica aún más con la congelación de plazas.
¿Se puede reconducir la situación?
— Nosotros siempre tenemos tendida la mano, como así lo hemos demostrado toda la legislatura. Y lo único que hemos recibido es esto: falta de consenso total, de un arreglo y, encima, se ha puesto el peso del decrecimiento en nuestro sector. No vemos negativo el decrecer, pero tiene que ser proporcional.
¿Se han sentido abandonados por la PIMEM?
— El sentimiento que tenemos es que ha sido poco batalladora a la hora de defender nuestros intereses.
¿Cómo valora la preocupación de las familias de alquiler turístico vacacional?
— Hay mucha gente nerviosa por lo que pone la ley y por las cosas que no aclara. Está creando mucha inseguridad jurídica. La preocupación de las familias de alquiler es que no saben qué pasará con las rotaciones. La congelación de la bolsa y posible pérdida de 90.000 plazas impide este tipo de tipo de rotación. Estimamos que una persona que tiene un alquiler turístico lo tiene comercializado entre cinco y diez años. Ahí está el decrecimiento. Una familia que opte por dejar la casa de alquiler a un hijo, luego no puede recuperar la plaza turística si quiere volver a alquilarla.
El Govern afirma que con el sigilo con que se ha llevado la aprobación del decreto se ha evitado el efecto llamada. ¿Es cierto?
— Es imposible que lo haya porque la tramitación de licencias de alquiler tardan en concederse, como mínimo, entre mes y mes y medio por la burocracia administrativa que existe actualmente al respecto en las Islas.
¿Se sienten engañados por el Govern?
— Nos sentimos engañados por el Govern porque nos utiliza como moneda de cambio cada vez que se negocia algo con los grandes hoteleros o se regula algo hotelero.
¿Qué previsiones tienen este año en cuanto a actividad?
— La previsión es buena. Estamos con números parecidos a 2019 y hay mucha reserva de última hora. Lo que se está comercializando en febrero y marzo se está llenando. Es más, estamos adelantando la apertura mes y medio antes de lo que estaba previsto por la gran demanda que hay. Las ventas para agosto están muy bien y queda ya muy poca cosa.
¿Consideran que hay división hotelera con el decreto?
— El sector hotelero lleva dividido desde que se aprobó el último convenio de hostelería, principalmente porque los que toman las decisiones son los cuatro grandes que, precisamente, no tienen aquí en las Islas sus principales intereses económicos ni grandes activos.