Un brote de COVID-19 ha obligado a confinar cuatro módulos de la cárcel de Palma. Hay, al menos, 35 reclusos que han dado positivo, según informaron ayer fuentes penitenciarias. Más de una veintena de funcionarios también se han visto afectados por el virus y se encuentran aislados. El director de la prisión, Fran Baldonedo, también ha pasado recientemente la enfermedad. El primer caso se detectó hace unos días y desde la dirección del centro penitenciario se acordó, por prevención, la suspensión de los permisos de salida, los vis a vis, así como la entrada de ONG y voluntarios en esos departamentos, para poder de esta forma controlar los contagios.
Los reclusos hacen vida normal en cada módulo a pesar de estar confinados, pero no pueden salir ni acudir al locutorio. Los internos deberán estar aislados durante un plazo de 10 días. El próximo sábado tienen previsto abrir uno de los cuatro módulos cerrados si no se detectan nuevos casos de COVID-19. Desde instituciones penitenciarias han informado que se han marcado una serie de iniciativas para extremar las precauciones y evitar la propagación del virus entre los internos y funcionarios.
Una de las medidas más significativas es que los internos, una vez finalizado su turno de desayuno, comida o cena, pueden acudir de nuevo a sus celdas para evitar las reuniones en zonas comunes y el contacto con otros reclusos.
Juicios
El brote de COVID-19 ha provocado que en estos últimos días algunos presidiarios no hayan podido ser trasladados por la Policía Nacional a los juzgados de Vía Alemania o a la Audiencia de Palma y han tenido que ser enjuiciados por videoconferencia.
El dato
250.000
En toda la pandemia se han registrado en Balears hasta 248.682 casos de COVID-19 entre la población.
El dato
Positividad
La tasa de positividad ayer bajó al 13,7 % de todas las pruebas practicadas.
Punto de vista
Ingresos
En los hospitales había 356 personas ingresadas, 56 de ellas en las UCI.